El final de las cuotas lácteas el pasado 1 de abril está provocando ríos de tinta con opiniones muy variadas sobre si se trata de una oportunidad para el sector o por el contrario es el principio del fin del mismo, sin que, por mucho leas, aclares las ideas sobre los derroteros que puede tomar.
Sin embargo, una de las cosas en las que parece que todo el mundo coincide es en señalar que los ganaderos españoles y más en concreto los de Castilla y León se encuentran, los datos de las producciones por vaca son claras en este sentido, entre los mejores de Europa, para poder competir en un mercado absolutamente liberalizado que supera ampliamente las fronteras de los 28 Estados Miembros que en la actualidad tienen representación en Bruselas.
El otro día alguien, sin embargo, ponía sobre la mesa una variable en la que quizás no habíamos caído cuando se hacen análisis sobre el futuro del sector de la leche de vaca, ¿qué pasa con la industria? ¿Tiene capacidad para tratar de competir en este mercado global? ¿será capaz de cubrir ese hueco/oportunidad que se abre en el mercado español en el que la producción es de 6,5 millones de toneladas y el consumo de productos lácteos ronda casi los 10?…
Si la pregunta se le hace a un responsable de las citadas empresas su respuesta, evidentemente, alguien iba a esperar otra cosa, es un si, rotundo…pero bueno las dudas no son pocas… la primera de ellas es clara, está adaptada a la auténtica realidad del mercado actual en el que no se trata tanto de embotellar leche fresca para su venta como de elaborar otros productos que son los que tienen salidas en los mercados internacionales como, por ejemplo, los asiáticos o la India como son las dichosas SWP, WMP, las leches desnatadas y enteras en polvo, o algún sesudo directivo está pensando en llevar leche en cisternas a Hong Kong… aunque no me gusta dar ideas… Y eso los comentamos para la leche en polvo algo similar se puede decir la producción de queso, de mantequilla… que son las unidades de medida reales en las que se mueve el mercado mundial al que ahora se podrá optar…
Seguramente, cualquiera puede asegurar que, por ejemplo, las 160 industrias lácteas que trabajan en Castilla y León, la mayoría de ellas queserías, pequeñas y medianas, tienen complicado llevar sus productos hasta el sureste asiático, al menos en las cantidades que pueden ser consideradas suficientes para convertirse, por ejemplo, en un 50% de sus ventas, pues como me dijo alguien no hace mucho una cosa es exportar, decir que se exporta y otra muy distinta es hacerlo de forma que tenga un peso significativo en la cuenta de resultados de la empresa… Así que el objetivo es el mercado nacional, ese hueco que existe entre los producido hasta la fecha y lo consumido… pero claro, los franceses, alemanes, irlandeses… están pensando lo mismo, y desde luego, lo que nos han mostrado hasta fecha es que son duros… muy duros competidores, y, además, conviene recordar que ese espacio es fundamentalmente de productos lácteos elaborados, mientras que la industria española está más orientada hacia la leche fresca…basta con ver el informe de enero en el que de las 501.200 toneladas de leche recogidas, el 68,4% se han destinado a leche fresca…
El sector lácteo vive unos momentos claves para su futuro en el que todos, pero todos, deben poner de su parte para salir adelante, ganaderos, industria, distribución y administraciones tienen que remar juntos y no cada uno por su lado, algo que podría provocar que lo que para algunos es una “oportunidad” se convierta en la peor pesadilla de un sector que ha vivido, desde la entrada de España en CEE en aquél ya lejano 1986, una de las reconversiones más duras que se recuerdan.