«Mi Agrohorizonte 2020»

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Aunque seguro que mañana se nos ofrecen en Burgos conclusiones mucho más profundas y sobre la base del conocimiento algo que desgraciadamente no sucede en el que escribe estas pocas líneas no puedo resistirme a hacer un balance de las distintas jornadas en las que el Proyecto Agrohorizonte 2020 ha repasado la situación actual, pero, sobre todo, el futuro de los sectores que se podrían calificar como más estratégicos para la agricultura y la ganadería, a lo que se sumó, de manera muy oportuna, el análisis sobre la situación de las mujeres y los jóvenes en el medio rural… pues, sin ellos, difícilmente se podría hablar de un mañana en el campo castellanoleonés.

Lo primero para lo que me han servido estas jornadas es para tener una perfecta radiografía, de la mano de la Consejera de Agricultura y Ganadería, Silvia Clemente y todo su equipio, de buena parte del sector primario de esta región, poniendo en valor el peso que todavía tiene dentro del Producto Interior Bruto, pero sobre todo en el sentir de quienes viven y trabajan en esta comunidad autónoma para los que sería complicado entender una Castilla y León, sin agricultura, sin ganadería o sin esa potente industria agroalimentaria que se ha convertido en uno de los motores fundamentales de su economía en unos momentos en los que otros sectores han flaqueado como consecuencia de la crisis general.

Los análisis que los distintos ponentes principales han realizado de cada uno de los sectores, algunos con tremenda crudeza, o realismo depende como se quiera interpretar y entender, por ejemplo, en el caso de la remolacha/azúcar o el más reciente del vacuno de carne, hablando de precios a la baja, han servido para evidenciar la situación de un sector como es la agricultura y la ganadería, en el que quizás ya lo más importante no es producir mucho, producir bien… algo que por otro lado ya se hace en Castilla y León, basta con repasar los rankings nacionales o las estadísticas frentes a los principales países/competidores europeos y de terceros países, sino sobre todo ser capaces de vender lo que sale de una explotación de patata o de una granja de vacuno de carne.

Una de las principales conclusiones que quienes escribe estas líneas ha obtenido de estas jornadas es que los agricultores, los ganaderos y la industria agroalimentaria de Castilla y León… quizás tiene que dejar de mirar tanto a Valladolid, a Madrid o a Bruselas, por citar las ciudades en las que se legisla, y observar más a alguien mucho más cercano como es el consumidor que es quién, finalmente, más allá de PAC, de Pagos únicos o primas ganaderas… compra sus productos.

Que una de las principales empresas de distribución asentadas en España como es Mercadona hable del consumidor como “el jefe” pone ya en evidencia hacia donde deben orientarse las producciones agrícolas y ganaderas castellanoleonesas, es fundamental conocer al consumidor, saber qué es lo que quiere y ofrecérselo en las condiciones que él desea y en los tiempos y periodos que él demanda. La estacionalidad de las producciones ha sido otro de las grandes amenazas o debilidades que se han repetido en muchas de las jornadas de Agrohorizonte 2020 en relación a buena parte de los sectores, siendo ésta una materia en la que queda mucho por hacer y no hablamos sólo de la patata o el ovino, sino que afecta a buena parte de las actividades agrarias.

Junto a lo comentado anteriormente, el campo de Castilla y León tiene que seguir trabajando en ganar en rentabilidad, tiene que seguir incrementando la productividad de sus vacas, de sus ovejas, de cada parcela de remolacha, de patata o de cereales… como ha hecho hasta la fecha,  prestando una especial atención en la reducción de los costes, especialmente en lo que se refiere al consumo de energía, buenos ejemplos se han conocido en estos encuentros, empleando energía solar, por ejemplo, pero también en otros temas como el transporte en el que hay un importante margen de ahorro, y sin olvidar, ni dejar de lado, las inversiones en genética, sanidad animal, variedades más adaptadas a la zona, ajustando los abonados…

Si ustedes me preguntan cuál es la frase que más me ha calado de todas estas jornadas, quizás pueda presumir de ser el único periodista que ha asistido a todas ellas, es una bien sencilla de uno de los ponentes durante la jornada dedicada a los cultivos herbáceos de alto valor, quien  a una pregunta del público sobre si se podría vivir del campo sin recibir la PAC aseguró con contundencia “Por supuesto”. Quizás ese sea el cambio de mentalidad que hay que alcanzar dejar de mirar tanto a quienes nos gobiernan y más a quién compra los productos… siempre que lo haga a un precio que ajuste a la realidad y a lo que ha costado producirlo al agricultor o al ganadero…

PD:  Sólo dos palabras para agradecer a todos aquellos que han participado en la organización de estas jornadas su trabajo y las facilidades que han dado a este periodista para realizar su trabajo, así da gusto.

 

Blog de José Ignacio Falces

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