El renacer de la remolacha…

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Dos buenas noticias, no por esperadas pues las previsiones y adelantos de superficie ya lo anunciaban, han venido a alegrar a uno de los sectores que venían arrastrando en los últimos años una larga y profunda depresión como es el de la remolacha, tanto Azucarera como Acor han contratado más superficie con los agricultores lo que ha hecho que esta campaña se haya producido en Castilla y León un incremento de las hectáreas dedicadas a este cultivo en más de un 10 por ciento hasta superar ligeramente las 26.000.

Bien. Parece que la que durante muchos años fue la estrella de los regadíos de la región recupera los bríos tras las graves consecuencias que trajo la reforma de la Organización Común del Mercado del Azúcar puesta en marcha en 2006…seguramente no se vaya a llegar nunca más a las superficies de ese año pero por lo menos da alegría ver como una tendencia tan nefasta se para, al menos por esta campaña.

Las razones de esa subida en la contratación en las dos industrias que se dedican a esta actividad todavía en la región si que se merece, al menos, una pequeña reflexión… En la cooperativa ACOR que quieren que les diga es bien sencillo si se mira el precio al que están pagando la raíz en los últimos años, parece normal que con valores que superan los 50 euros por tonelada, en caso de ser socio de la misma, los agricultores se sigan animando a la siembra de este cultivo que ya conocen, que dominan como pocos en Europa y al que son capaces de sacarle unos rendimientos impresionantes…. En el caso de los Azucarera la explicación quizás pueda ser algo más compleja, por un lado, el impulso que se ha dado a los llamados “contratos compartidos” en los que la propia empresa realiza las labores en las parcelas que el agricultor les arrienda por una o varias campañas, sistemas este que ha permitido sujetar un número importante de hectáreas que se podrían haber ido a otros cultivos; por otro, la llegada al cultivo de agricultores procedentes de las zonas de los nuevos regadíos modernizadas que quizás ven en la remolacha un producto “seguro” en el sentido del cobro frente a las veleidades de otros que siempre están al vaivén que marca el mercado y, por último, el giro dado en la política de la empresa, personalizado en su propio consejero delegado, Juan Luis Rivero,  que tras muchos palos de ciego, con acuerdos que hacía falta ser ingeniero cuántico para entender parece que se ha dado cuenta, recalco lo de  parece, incluso lo ha reconocido en los medios de comunicación, que su forma de actuar hasta la fecha no era la que querían los remolacheros de Castilla y León, de los que se han ido alejando en los últimos años, poco a poco, sin palpar el terreno como debe de hacer alguien que le guste o  no vive del campo, perdiendo ese hilo directo que tradicionalmente mantenían con él quizás por alguna interferencia en la cadena de información, provocada por algunos “vendedores de alfombras” como le gustaba decir a mi padre que, afortunadamente, para los remolacheros, en estos momentos, ya sólo se dedican a jugar al golf… Bienvenido ese cambio… que esperemos se mantenga en el tiempo y no sea flor de un día…

Pues, las dos empresas se necesitan mutuamente para mantener un cultivo como es la remolacha que se acerca, al igual que está pasando con la leche, a un panorama sin cuotas, en el que las ayudas comunitarias van a desaparecer, o casi, y en el que la competencia mundial va a ser simplemente brutal… así que toca arremangarse a todos y luchar por esta raíz, que no tubérculo como algunos repiten y repiten… pero esa es otra historia que quizás un día contemos en Agronews, junto a aquellas que alguien relató, de sus experiencias en la remolacha de Castilla y León desde el año 1969, puede ser muy interesante…

Blog de José Ignacio Falces

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