El peligro que se anuncia más allá de Los Pirineos

WILDBIOPHAGE, avícola aves carne de ave

Recientemente, durante estas fechas navideñas, alguien que desde luego de esto de la sanidad animal sabe, en mi humilde opinión bastante y no desde la visión teórica desde la que muchos hablan sino desde la experiencia en el trabajo día a día sobre ese tema, me advertía que se estaban gastando muchos titulares de prensa con la tuberculosis bovina, que es un tema muy serio que “entre todos tenemos la obligación de reducir a la mínima expresión” me aseguraba el citado interlocutor, pero lo que realmente tiene preocupadas, y de que forma a las Administraciones competentes en este siempre complicado tema de la sanidad animal, es la “influenza aviar”, la “gripe aviar”

Una afirmación tan rotunda de alguien que consideras una voz más que válida en este asunto, me hizo, por lo menos, pensar un poco más en profundidad en una problemática que siempre había quedado, al menos, en los medios de comunicación en un segundo plano.

Una simple consulta en el siempre útil “google” me ha permitido ver la realidad de la situación que esta enfermedad está provocando en Europa, donde los casos crecen un crecen sin parar, siendo especialmente preocupante lo que está pasando en Francia donde, a fecha de cuando escribo estas líneas, los casos especialmente en los departamentos del sur se han multiplicado de una forma muy rápida hasta ya rondar los 90, provocando que las autoridades galas hayan tenido que dar un paso más en las medidas de control, hasta la fecha sólo se sacrificaban los animales en los focos positivos, ya lo han sido más de 300.000, y ahora lo serán los de todas aquellas explotaciones que estén en un área de menos de 10 km de la granjas positiva.

Esas decisiones, que ya se anuncian pueden provocar pérdidas de entre 75 y 80 millones de euros a las empresas dedicadas a la producción de foi gras, muestran lo delicada de la situación que se vive a menos de 500 km de la frontera española, en una época en la que las aves migratorias, vector clave de la extensión de la enfermedad, están llegando a los humedales españoles a pasar un invierno que ha llegado con retraso.

Las autoridades ya han dado la voz de alarma en lo que se refiere a reforzar las medidas de bioseguridad de las explotaciones, especialmente en las entradas de vehículos y personas para evitar posibles contagios que podrían poner en riesgo el futuro del sector.

La avicultura, por lo menos para quien escribe estas líneas, es una de esas ramas agrarias que menos se conocen. Quizás por el silencio en el que suelen trabajar incluso en épocas de duras reconversión que han vivido en los últimos años, adaptándose a las nuevas normas, especialmente en lo que a bienestar animal se refiere, marcadas desde Bruselas.

Sólo los datos y las estadísticas pueden servir para aclarar el peso que tiene esta actividad. La avicultura de carne, genera más de 60.000 empleos directos en España y llegan a los 100.000 si se añaden los indirectos, produciendo 11 millones de animales cada semana para facturar al final del año más de 1.800 millones de euros.

Por lo que se refiere a la de puesta, 1.199 granjas se dedican a este tipo de ganadería en España con 46,3 millones de ponedoras que son capaces de producir más de un millón de toneladas de huevos, buena parte de los cuales se exportan. Todo ello para cerrar una facturación anual que ronda los 925 millones de euros que significan el 5,8% de la producción final ganadera y el 2,1% de la agraria.

En definitiva, cerremos estas reflexiones con un ejemplo de refranero castellano que suele ser tozudo en sus reflexiones “cuando las barbas de tu vecino veas pelar… pon las tuyas a remojar”, así que precaución y sigamos con el trabajo serio para evitar que aparezcan focos de “influenza aviar” en España

Blog de José Ignacio Falces

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