Chatarra por las eras

chatarra en la era

Una de las cosas que me ha sorprendido ahora que me "paseo" por eso que se ha dado en llamar el medio rural es la cantidad de chatarra, de aperos abandonados o semiabandonados que me voy encontrando por las eras de los pueblos de Castilla y León, aunque alguien me dijo el otro día, con toda la sorna que tienen las palabras y el carácter castellano, "pues ya casi no queda nada, que algunos ya se han ido encargando que vayan desapareciendo", en clara referencia a la ingente cantidad de robos que se están viviendo en los últimos tiempos, a pesar del esfuerzo de la Guardia Civil y de los propios profesionales que están poniendo todos los medios a su alcance para tratar de evitarlo.

Arados, aventadoras, subsoladores, cosechadoras, tubos…con su correspondiente óxido se han convertido ya en una parte más del paisaje de Castilla y León para deleite de aquellos a los que nos gusta la fotografía pues en muchos casos ofrecen imágenes muy atractivas para el objetivo de la cámara…pero más allá de ese carácter estético que satisface un poco el "ego de artista", muchas veces me pregunto desde la soledad de mi corsa ¿qué hace todo eso ahí? ¿Realmente ya se ha acabado su vida útil? ¿Era necesario semejante despliegue de material?

Y la respuesta a todos esos interrogantes, al menos para una mente no muy privilegiada como es la mía, no es nada sencilla. Lo primero que me viene a la cabeza los días que voy más optimista, "oye nacho", pienso para mí, "simplemente, ya las han utilizado lo suficiente y, en vez de llevarlas a la chatarrería o revenderlas las dejan en sus eras y ya está", pero otras veces, cuando estoy algo más guerrero que suele ser la mayor parte del tiempo o, al menos eso dicen, los que me conocen, la reflexión es muy distinta "¿era necesario que cada agricultor de cada pueblo tuviese una cosecha de patata, de cereal, un arado de vertedera, una máquina de herbicida, una abonadora…?." y eso ya es entrar en un debate peligroso y escabroso en el que bueno habría que llegar hasta lo más profundo de la psicología tanto agricultor como del ganadero y ese es un jardín que, de momento, no quiero pisar…me conformaré con seguir sacando fotos como las que adjunto a este artículo y reflexionando sobre el tema entre parcela de guisante y guisante…y cuando llegue a alguna conclusión…pues ya se la contaré…si me atrevo….

Blog de José Ignacio Falces

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