En uno de mis últimos artículos, me preguntaba en voz alta, o en letra alta, habría que decir, quién nos protege de los que nos protegen. Pues bien, ya no hay problema porque no nos van a proteger; o sí, que diría Rajoy. O yo no me entero, que puede ser; o estoy poco informado, que también puede ser, o Castilla y León fue inicialmente excluida de la Operación Roca, más bien pedrada ministerial, y posteriormente incluida de boquilla tras las timidísimas críticas de nuestros paisanos.
Recapitulemos: la operación Roca, no confundir ni con políticos ora constitucionalistas, ora nacionalistas, ni muchos menos con antiguos dirigentes deportivos, fue el calificativo policial que se dio a los dispositivos que el Gobierno (de España) iba a poner en marcha para prevenir los robos en el campo, que se multiplican cual plaga de topillos. No me entretendré, ni les molestaré, con estadísticas e interpretaciones sobre qué región es la más afectada por los delitos de todo tipo que se cometen en el medio rural y, especialmente, en los campos de cultivo y explotaciones pecuarias.
Pero, sin colgarnos la medalla de este triste liderazgo, a nadie se le escapa que, si la nuestra es una Comunidad eminentemente rural, por mucha seguridad que arrojen las cifras y los resúmenes, es una candidata a ser víctima de bandas organizadas, chorizos de medio pelo y otras formas clásicas y modernas del delito. Pues bien, reunidos los responsables de los ministerios de Interior y Agricultura, cuya implicación en estos asuntos parece evidente, la primera información que se facilita sobre el operativo excluye a Castilla y León.
Interpretaciones, para todos los gustos. Yo, de entrada, me quedaría con el desacierto (es lo más suave que se me ocurre) típico de las administraciones. Otros columnistas, que hilan mucho más fino, lo atribuyen a las críticas del presidente Herrera a determinadas medidas del Ejecutivo central o, incluso, a los órdagos planteados por la consejera Clemente a ministros como Arias Cañete (a cuenta de los Fondos de Desarrollo Rural) o Soria (por la reforma energética)
Lo cierto es que, días después, esta misma semana, otro ministro, el de Interior, se acercaba a Ávila, a la inauguración del curso en la Escuela de Policía, y allí, claro, dijo que Castilla y León iba a liderar, ya ven que le he copiado el concepto, la Operación Roca. No insistiré en recordar que Jorge Fernández Díaz fue el ministro que permitió la salida de la cárcel de Bolinaga porque tal afirmación podría matizarse ligeramente pero no estaría de más darle gratis un consejo: que aproveche la Operación Roca para instalar radares entre viñedos, remolachas y alfalfas. Es lo que llamaríamos sacar dinero de las piedras. Bueno, en este caso, de entre las rocas.
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