Otra reforma de la PAC (II)

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No diré yo que ahora nos entran las prisas y vemos con el susto en el cuerpo la llegada inminente de una nueva reforma de la PAC, cuyas cifras se empezarán a conocer, ya con cierta fiabilidad, en cosa de tres meses. No. Pero no me negarán que, con las lluvias de estas semanas, han florecido como setas las actividades, jornadas, charlas, conferencias… que han culminado, de momento, con la firma de un rimbombante Documento de Comunidad, ahí es nada.

El texto, firmado el pasado día 12 por instituciones, grupos políticos, organizaciones profesionales y cooperativas, no dice nada que no se haya planteado hasta ahora; es más, hay hasta quien asegura que los directamente implicados han renunciado a determinadas peticiones en aras al consenso. Sin embargo, llama la atención a un año vista de las Elecciones autonómicas, la presencia en la rúbrica de partidos políticos que podríamos llamar urbanos, que no sólo no se han ocupado, en su corta pero no por ello poco intensa existencia, del campo, por no decir que hasta lo han ignorado, que es tanto como despreciarlo.

Hablo de esas formaciones coloreadas, llamadas por los periodistas algo así como emergentes, que, en ocasiones, parece que han llegado para amargar la existencia no a los partidos tradicionales sino a sus víctimas, que son los vecinos de pueblos y ciudades.

Por ello, no les haremos mucho caso y nos centraremos en lo dicho por los abajo firmantes de más costumbre. Y aquí debemos detenernos en quienes reconocen (vaya, ya no soy el único) que este sistema PAC, es decir, de subvenciones, no es el ideal aunque, eso sí, inmediatamente añaden que el contaminado mecanismo compensa el hecho de que los profesionales del campo no gozan del lugar que les corresponde, entendiendo por tal ingresos para vivir siquiera sea holgadamente.

Por lo demás, es el primer texto de esta guisa que firma una región española y sus contenidos pues ya saben o se pueden imaginar: concepto de profesionales, incorporación de mujeres y jóvenes, nivel mínimo de ingresos, mantenimiento (o sea, intervención) de precios… Nihil novum sub sole pero es que, quizás, no nos quede otra.

Blog de Ángel Cuaresma

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