Milagros Marcos

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Por muy bien que nos caiga Milagros Marcos, que nos cae, no negaremos que su nombramiento como consejera de Agricultura y Ganadería ha sido una sorpresa habida cuenta de que su perfil técnico parecería encajar más con otras áreas del Gobierno.

Sin embargo, no deben andar desencaminados (vamos, el presidente) quienes se han fiado de su olfato político y han puesto a esta joven pero suficientemente preparada palentina al frente del departamento que, en esta nuestra tierra, requiere de más atenciones. Porque si, en plena crisis global, Milagros Marcos ha lidiado cuestiones tan delicadas como la situación de las familias, de los menores, de tantos y tantos colectivos afectados por la recesión, ahora tiene cuatro años por delante para trasladar, con todos los matices que se quiera, la sensibilidad demostrada en Familia a Agricultura y Ganadería.

Insisto, no son situaciones comparables pero, en menos de una semana de andadura, ya se ha topado con un Consejo Regional Agrario, una nueva crisis en el sector lácteo, Elgorriaga… Son sólo los aperitivos de un sector que no sale de una y se mete en otra. Vamos, como lo de Familia en la crisis, y de verdad que no es por fastidiar, consejera, que ya sé que usted conoce dónde se mete.

Pero, del mismo modo que, en determinadas fechas, los hombres y mujeres del campo no saben de horarios, ni de vacaciones, conozco de primera mano que Milagros Marcos es algo así como hiperactiva, de tal modo que los domingos ya está maquinando todo lo que va a hace durante la semana, para sorpresa de propios y extraños y desasosiego (es broma) de sus equipos.

Estoy seguro de que no es sencillo, pero esto va a salir bien. Y, si las cosas van saliendo, ya les cuento un día de su sencillez y quién prepara el café cuando recibe en su despacho. Suerte.

Blog de Ángel Cuaresma

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