Más sobre la industria alimentaria

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Este semana que concluye ha sido, una vez más, propicia en noticias para ese sector que constituye nuestra joya de la corona: la alimentación,  agroindustria o como prefieran. Obviaré, sólo por esta vez, los comentarios sobre Campofrío, que también estos días ha anunciado las inversiones  en su nueva planta burgalesa, 215 millones y la puesta en servicio a finales del año próximo, por las peculiaridades que acompañan al caso, creo que no suficientemente analizado, ni por la opinión pública, ni por la publicada.. Tiempo habrá para hablar de lo que sucedió, de las ayudas, de los matices y del anuncio famoso.

Hoy, prefiero centrarme en tres noticias que afectan muy directamente al sector: en primer lugar. el anuncio de la consejera del ramo, Silvia Clemente, del por ella denominado ‘Proyecto Suelo Semilla’. Es una iniciativa novedosa, que se sale de las tradicionales ayudas a las no menos tradicionales actividades agrícolas y ganaderas. Se trata, como su nombre indica, de favorecer la implantación en el medio rural de negocios, empresas, digámoslo con todas sus letras, pues ese es, claro está, el futuro de nuestros pueblos: el asentamiento de actividades económicas que no sustituyan al agricultor o al ganadero; antes bien, que complementen su actividad, que cierren, o al menos, dibujen una parte más de la curva del ciclo que nace en la tierra y culmina en la mesa del consumidor pasando, como bien saben nuestros profesionales, por tantos y tantos intermediarios.

El proyecto será impulsado por ADE Rural, ya saben, esa hija pequeña de la ADE que nació cuando la matriz parecía entrar ya en la fecha de la jubilación.

La segunda notica fue la cifra facilitada por Juan Vicente Herrera en su visita al Salón del Gourmet, en Madrid: durante la época de crisis (concepto muy laxo) el sector creó 5.000 puestos de trabajo en Castilla y León.

La otra gran noticia del mundo de la agroindustria ha sido la inauguración, en Aguilar de Campo, de una nueva planta de Gullón, en la que la galletera palentina fabricará la línea de productos Vida. Gullón, que facturó el año pasado 286 millones de euros, un 12 por ciento más que el anterior, y creó 200 empleos, ha invertido ya en esta nueva planta 64 millones y espera invertir este año otros 20.

Llegados a este punto, uno no puede sino felicitar a Gullón, a sus propietarios y trabajadores, pero no podemos olvidarnos de todo lo sucedido en fechas relativamente recientes. No es verdad que lo pasado, pasado esté; hay que aprender de esos errores para no cometerlos en el futuro y, claro, nos quedaríamos a mitad de camino entre la ironía y el sarcasmo si consideráramos a Gullón una empresa familiar. No se me rían, por favor.

No dejo de preguntarme, conocidas las exitosas cifras anunciadas ahora, qué se hubiera podido hacer si la familia, en el sentido corleonesco de la expresión, se hubiera ahorrado ese folletín, esa especie de Falcon Crest del Pisuerga que puso, no nos engañemos, en serio riesgo, la estabilidad de tantas y tantas, estas sí, familias.

Por eso, aparentemente superadas ya esas dificultades, bueno será un tirón de orejas tras una situación que desbordó lo puramente personal, pues nada de personal tuvieron los consejos de administración en el Mercedes, las galletas que se repartieron los consanguíneos y los arrimados y el concepto de lo dulce, nada que ver con las líneas de producción, que tenían algunos por las estribaciones de la Montaña Palentina.

Y ahora, la nueva línea, se llama Vida. Lo dicho, a medio camino entre la ironía y el sarcasmo. Pero, a pesar de todo, felicidades y a seguir invirtiendo.

Blog de Ángel Cuaresma

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