La Ribera ha muerto de éxito”

fotos 218

La frase, esta vez, no es mía, sino de alguien con mucha más autoridad en el sector como es el consejero delegado de Vega Sicilia, ahí es nada, Pablo Álvarez. En una entrevista concedida a la agencia Ical, que ha sido publicada, total o parcialmente, por diversos medios de comunicación de Castilla y León, el máximo responsable de la firma pionera no pierde la compostura pero, no por ello, calla sobre lo que está sucediendo en la otrora emblemática denominación de origen.

Pablo Álvarez es muy, muy prudente en sus apreciaciones, tanto como elegantes son los compañeros de Ical en sus preguntas; pero, ni la prudencia de unos, ni la elegancia del otro, son suficientes para obviar lo que es un grito en el mundo de la vitivinicultura. Frases como “La Ribera tiene que mejorar”, “Se han heghco barbaridades”, “Bodegas creadas a lo tonto, sin criterios” o, la guinda, “La Ribera ha muerto un poco de éxito”, describen lo que se ha convertido en comidilla de quienes, poco o mucho, están al cabo de la calle de lo que sucede a y en la denominación.

Bien es verdad que, husmeando en el grueso de la entrevista o, mejor dicho, leyéndola en su integridad, la crítica de Álvarez se centra en la llegada de lo que podríamos llamar empresas o profesionales ajenos al sector, algo que yo no criticaría en demasía dado que nos movemos en un régimen de libre mercado y no debemos, nunca mejor dicho, poner puertas al campo. Pero, si tenemos en cuenta que estaos hablando de una actividad altamente regulada (hasta el Consejo se llama regulador) y si aceptamos que quienes a esto se dedican deben trabajar con unos rigurosísimos parámetros de calidad, bueno será que nos pongamos manos a la obra y velemos por la excelencia.

La crítica, en esta ocasión, llega en la voz, como queda dicho, del pionero, de alguien al que, en realidad, poco debería importarle lo que le suceda al resto del sector, denominación incluida. Es más, puestos a ser maquiavélicos, hasta podría beneficiarse de la crisis del entorno, pero no parece que sea esta la situación; antes bien, su alerta, su llamada de atención, podría considerarse hasta generosa viniendo de una compañía que reconoce no haber sido perjudicada, al menos no en demasía, por la crisis que nos ha acuciado en los últimos años.

Sin embargo, sea por generosidad, sea por puro altruismo, sea por coherencia, sea por lo que sea, mucho me temo que la alerta lanzada por Pablo Álvarez va a caer en saco roto y los gestores, es un decir, claro, del Consejo Regulador no van a ser, ni lo uno, ni lo otro, ni consejo, ni regulador, salvo que por regular entiendan doblar sus anuncios al catalán, no sea que los radicales se enfaden.

Blog de Ángel Cuaresma

Deja un comentario

Share This