La candidatura de Cañete

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Escribí en estas mismas páginas digitales hace unas semanas que el ministro de nuestro ramo, Miguel Arias Cañete, cada vez tenía menos posibilidades de encabezar la lista del PP a las Elecciones europeas. En estos pocos días, las cosas, como las cocinas de época, han cambiado y eso que entonces eran posibilidades hoy son probabilidades, si no certezas.

Y lo que ha cambiado no es un matiz menor, ni mucho menos, es la renuncia de un aval electoral tan sólido como Jaime Mayor Oreja, por mucho que los méritos del ex ministro no sean los meramente electorales. Igual en el PP están muy contentos con haberse librado de alguien que ellos consideran “poco centrado” pero no estaría de más recordares que la primera victoria medianamente sólida del partido tras los desastres electorales de 2004 (tras los atentados del 11-M ) y 2008 (en plena división interna) fueron, precisamente, unas europeas encabezadas por el político vasco. Es verdad que, por el contrario, años antes, no pudo con la aplastante maquinaria del nacionalismo vasco en unos comicios regionales, pero es que tenía que haber seguido como ministro de Interior

Así las cosas, toca buscar candidato y, dado que una víctima o familiar de victima como número 1 sería tanto como un excusatio non petita, puede que sea ahora turno para el colega madrileño, tan estrechamente vinculado a Andalucía. Como el lector fácilmente se imaginará, los periodistas andábamos este fin de semana en Valladolid a la caza y captura de la presa, que se dejaba ver por la Convención que en esta ciudad celebraba su formación política. Aquí, su contestación no podía ser más de manual, lógico, por otra parte: Estoy a disposición del partido, en política he sido desde concejal hasta ministro y en esta actividad tengo ligero el equipaje.

Sin embargo, no era probable que el anuncio de la candidatura se produjera en este marco, por varios razonables motivos. En primer lugar, la lista, al menos oficialmente, debe ser ratificada por el Comité Electoral del partido. Ello no hubiera sido obstáculo, en todo caso, para que Mariano Rajoy lo hubiera lanzado como propuesta, que es tanto como poner ya de largo el nombre.

Pero, insisto, no fue así, e insisto también, hay que entenderlo. Tal anuncio hubiera empañado otros mensajes que el presidente quería lanzar en su discurso de clausura.  Además, a nadie se le oculta la alergia que el jefe del Ejecutivo tiene a hacer eso que comúnmente se denomina crisis de Gobierno, porque igual no se trata sólo de cambiar al titular de Agricultura, igual aprovecha para ir más allá aunque uno, que no es quién, le aconsejaría que no se deje llevar por los cantos de sirena y no cambie a los ministros más impopulares, que la popularidad casi nunca va emparejada con la eficacia.

Y voy más allá, no quiero ni imaginarme, bueno, sí quiero y lo hago, anunciar la candidatura de Arias Cañete precisamente aquí, en Castilla y León, en presencia del anfitrión, el presidente Herrera, que se las ha tenido tiesas con el ministro. Aunque eso, en Madrid, quizás importe poco.

Blog de Ángel Cuaresma

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