El precio del vino

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El precio del vino

 

Dos bodegas, una de ellas de Castilla y León y otra digamos que multirregional, han anunciado que retiran sus vinos de los lineales de una conocida cadena alemana de supermercados que opera bajo el sistema hard discount , cuya traducción es algo así como descuento duro.

Las bodegas, muy dignas ellas, argumentan que su vino es bueno, buenísimo, que seguro que lo es, y no están dispuestas a que se venda a lo que técnicamente se denomina ‘a pérdidas’. Es decir, que si el vino es puesto en la tienda a un precio digamos que de 8,95 euros (son cifras hipotéticas), no es que no se pueda vender por debajo de ese precio, es que tiene que hacerse por encima de unos márgenes razonables, por encima, otra vez es hipótesis, de los 11,95, márgenes por los que, creo yo, tendrá que velar la cadena distribuidora, no el celoso proveedor.

Los bodegueros, detrás de cuya decisión se encuentra el anhelo por conservar su prestigio vía precio caro, aseguran que vender a pérdidas, si es que las hay, vulnera la Ley de Ordenación del Comercio Minorista y parece fácil de entender que la necesaria libre competencia, pues estas grandes cadenas se pueden permitir estos lujos.

Ahora bien, no es tan sencillo, no. Y no lo es porque, con este tipo de medidas, leyes de ordenación y demás, se dice pretender salvar la competencia por un método que no hace sino acabar con la misma pues impide al vendedor aplicar el precio que estima oportuno. De este modo, reto al amable lector a que establezca, también por su cuenta, cuál es el precio razonable que salve la ampulosamente denominada competencia.

Habrá que sumar y prorratear, claro está, salarios, impuestos, gastos de infraestructura, electricidad, publicidad… en fin, muy, muy difícil de medir. Y voy más allá, qué impide a estas grandes o medianas superficies utilizar estos vinos tan, tan buenos; tan, tan caros y tan, tan prestigiosos como producto gancho, es decir, que se vende a pérdidas para atraer clientes que aumenten considerablemente las ventas de otros bienes de consumo.

Sí, sí, ya sé que el producto gancho suele ser la leche de marca blanca, nunca un crianza, pero, insisto, quién impide que se haga con el vino y no con la leche, que sí es un artículo de primera necesidad.

Y, por cierto, las bodegas de turno también están en su derecho de retirar el producto, distribuirlo en otros canales o, simplemente, comérselo con patatas, o, en este caso, con  kartoffeln.

Blog de Ángel Cuaresma

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