«Cataluña, a cuartos de final»

20201206 140634

La trastabilleante victoria de la selección catalana de fútbol sobre un sparring tan irrelevante como Croacia no es sino un espejismo que apenas deforma el esperado ridículo desplegado en la fase inicial. Algo previsible, que puede enderezarse ante otro saco de boxeo aún más irrelevante, Suiza, a tenor de una selección conformada con criterios políticos y, lo que es peor, étnicos

Porque, a qué engañarnos. De eso se trataba, desde un principio. De un lado, de castigar a Florentino Pérez por sus éxitos empresariales y por ensayar un negocio legítimo que, al tiempo, paraba los pies a la mafia europea.  Como si el prestigioso empresario estuviera deseando que a sus trabajadores les rompieran un tobillo en la pandémica gira de sol y botijo. De otro, se trataba de contentar al levantisco independentismo catalán con fórmulas punitivas contra Madrid parecidas a las del olvidado Salvador Illa durante los peores momentos de su malhadada gestión.

Hombre, igual exagero un poco. Atribuir esta capacidad de organización o de idear a dos personajes tan poco letrados como Rubiales y Luis Enrique quizá sea eso, una pasada, pero no olviden que son muy bien mandados y siempre deseosos de agradar a todo lo que no sea Madrid.

Fíjense, en el caso de Rubiales (siempre me ha llamado la atención el apellido en una persona tan calva y no precisamente de discurrir), lo conocidas que son sus reacciones: rabietas no precisamente signo de madurez. Ahora voy y te despido porque has sido leal y transparente y me has informado a tiempo de que tienes una oferta de trabajo. Se acuerdan, ¿verdad? Todo un mito en el ámbito de la gestión.

En cuanto a Luis Enrique, pues también saben. Fue un jugador del montón, grande cuando estaba con los mediocres y mediocre cuando estaba con los grandes, cuya biografía no va más allá de malas contestaciones, insolencias y desplantes a los periodistas que se lo consienten. Siempre me he preguntado por qué  lo colegas del deporte tragan con este tipo de entrenadores en las ruedas de Prensa pero, claro, los que nos dedicamos a la información política tampoco nos quedamos atrás a la hora de aguantar carros y carretas siquiera sea por un quítame allá unas pesetas.

En fin, que supongo que estarán de acuerdo con esta humilde reflexión que se quedará en nada si, al final, la selección catalana de fútbol pasa de fase. No es que yo no quiera pero…

Blog de Ángel Cuaresma

Deja un comentario

Share This