La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) ha alzado la voz contra la gestión del Gobierno central ante los efectos de la última DANA. La organización denuncia que, un mes después del devastador episodio climático, el ministro de Agricultura, Luis Planas, no ha convocado la mesa técnica prometida para abordar las prioridades del sector agrario en la reparación de infraestructuras y la recuperación de cultivos.
Cristóbal Aguado, presidente de AVA-ASAJA, calificó como “un insulto” el retraso en la implementación de medidas y urgió al Gobierno a actuar con celeridad. “Desconocemos qué programación tiene la empresa pública Tragsa, encargada de las reparaciones. Hay parcelas y entidades de riego que necesitan una intervención prioritaria para recoger cosechas, realizar tratamientos fungicidas o reiniciar los riegos debido a las altas temperaturas. Sin una mesa técnica donde se escuchen nuestras necesidades, no habrá una respuesta eficaz”, afirmó Aguado.
AVA-ASAJA exige que, en los casos donde Tragsa no pueda llegar a tiempo, se permita a los propios agricultores y comunidades de riego realizar las reparaciones necesarias, con el compromiso de que la Administración asuma los costes. “Si Tragsa tarda meses o años en solucionar los destrozos, sería más efectivo subcontratar a los agricultores, quienes conocen mejor las necesidades de sus explotaciones”, destacó Aguado.
Ayudas insuficientes y exclusiones injustas según AVA-ASAJA
La organización también criticó la exclusión de municipios y agricultores afectados por la DANA del listado de ayudas gubernamentales. Según AVA-ASAJA, esta exclusión no tiene coherencia ni siquiera con los criterios utilizados por la Generalitat Valenciana para otorgar sus ayudas.
Además, las ayudas directas del Gobierno central solo están disponibles para autónomos y personas jurídicas, dejando fuera a la mayoría de los agricultores valencianos y castellonenses que, en su mayoría, son jubilados o tienen su principal fuente de ingresos en actividades distintas a la agricultura. Estos agricultores, que trabajan en campos familiares de manera parcial, no pueden acceder a las ayudas necesarias para reparar los daños sufridos.
En cuanto a la actuación de Agroseguro, AVA-ASAJA mostró cierto grado de satisfacción, ya que la entidad ha desplegado más de cien peritos para evaluar los siniestros y ha iniciado el pago de indemnizaciones. No obstante, la asociación solicitó que el Consorcio de Compensación de Seguros cubra las franquicias de los agricultores, al igual que ha hecho con los vehículos siniestrados.
Entre otras medidas propuestas, AVA-ASAJA pidió que se reduzca el porcentaje mínimo del 40% de daños exigido para acceder a ayudas. Asimismo, insistió en incluir a explotaciones que, por diversas razones, no generaron ingresos en campañas anteriores, como aquellas con plantones nuevos, primeras instalaciones de jóvenes agricultores o fincas recuperadas tras contratos de arrendamiento.
Aguado subrayó la importancia de replantear las políticas hídricas y medioambientales para prevenir daños futuros. La construcción de infraestructuras hidráulicas es, según AVA-ASAJA, una medida urgente que podría reducir el impacto de riadas y, al mismo tiempo, aumentar la capacidad de almacenamiento de agua para épocas de sequía.
“La presa de Forata demostró ser una aliada fundamental para contener parte de la DANA. Si hubiéramos tenido más infraestructuras como esta, los daños habrían sido menores”, argumentó Aguado. Entre las propuestas destacan la construcción de presas como las de Cheste o Vilamarxant, miniembalses cerca de la costa e interconexiones entre cauces fluviales.
Otro punto crítico señalado por AVA-ASAJA es la falta de limpieza de cauces y barrancos. Aguado denunció que la acumulación de material vegetal, como cañas invasoras, contribuyó al desbordamiento de ríos y a los graves daños en puentes, campos, carreteras y zonas urbanas.
“En lugar de multar a los agricultores que limpian cauces para darles un uso tradicional, la Administración debería asumir esta tarea para evitar futuras catástrofes. Lo que vemos ahora es el resultado de un pseudoecologismo radical que, lejos de proteger el medio ambiente, pone en peligro vidas y propiedades”, afirmó Aguado.
Finalmente, AVA-ASAJA pidió al Gobierno central que rectifique sus políticas hídricas y ambientales, y que consensúe una estrategia con todos los actores políticos y sociales para enfrentar los desafíos del cambio climático.
“Necesitamos infraestructuras, limpieza de cauces y una política que priorice la prevención y la protección de los agricultores. Es hora de aprender de los errores, escuchar a los expertos y garantizar que las futuras DANAs no tengan consecuencias tan devastadoras”, concluyó Aguado.
Con estas declaraciones, AVA-ASAJA no solo exige una respuesta inmediata a los daños actuales, sino también una visión a largo plazo que integre la sostenibilidad, la seguridad y la eficiencia en la gestión de los recursos hídricos y agrarios de la Comunidad Valenciana.