Asemesa, la Asociación Española de Exportadores e Industriales de Aceituna de Mesa, ha emitido recientemente un comunicado contundente en el que anuncia que denunciará a Asomanca y La Unión por intento de fijación de precios mínimos . El anuncio se produce justo antes del inicio de la campaña de recolección de aceituna negra de 2024, lo que añade tensión a un sector que ya ha visto disputas similares en el pasado.
La clave de la denuncia radica en una serie de declaraciones realizadas por Asomaca y La Unión Extremadura, organizaciones agrarias con una fuerte presencia en la región de Extremadura, en las que se sugieren precios mínimos para la venta de la producción de aceituna. Asemesa denuncia que ambas organizaciones promueven un precio mínimo de 1,20 euros por kilogramo de aceituna de entamado , lo que considera una violación grave de las normativas nacionales y comunitarias sobre competencia.
Asomaca y La Unión: propuestas de precios bajo el foco
El conflicto comenzó a tomar forma tras las declaraciones públicas de Asomanca y La Unión los días 2 y 4 de septiembre de 2024 . Las organizaciones agrarias sostienen que el precio mínimo de 1,20 euros por kilogramo de aceituna es necesario para asegurar que los productores puedan obtener beneficios suficientes y evitar pérdidas en un mercado cada vez más competitivo y presionado por las fluctuaciones de precios.
Según Asomanca y La Unión, los costos de producción han aumentado significativamente, lo que justifica su demanda de un precio mínimo que cubra dichos costos . Estas propuestas fueron luego discutidas en una Asamblea de productores organizada específicamente para abordar este tema. Sin embargo, Asemesa ve en estas acciones una clara práctica concertada para la fijación de precios .
Asemesa: prácticas contrarias a la ley de la competencia y la Ley de la Cadena Alimentaria
Asemesa no ha tardado en reaccionar, calificando las acciones de Asomanca y La Unión como un ataque directo a la libertad de mercado ya las normativas que regulan la competencia en la Unión Europea y España. En su comunicado, la asociación señala que la fijación de precios mínimos es una violación de la Ley de la Cadena Alimentaria , una ley que fue creada para garantizar la transparencia y equidad en las relaciones comerciales entre productores, distribuidores y consumidores.
El principal argumento de Asemesa es que la imposición colectiva de un precio mínimo , a través de circulares, reuniones y otras acciones, constituye una práctica prohibida en el marco del derecho de la competencia. Este tipo de prácticas concertadas, según Asemesa, solo pueden entenderse como un intento de manipular el mercado y socavar el libre comercio, lo que va en contra de los principios establecidos por la legislación vigente.
Además, la asociación añade que el hecho de que sean organizaciones de los productores que promuevan estas prácticas agrava la situación, ya que estas asociaciones tienen una influencia significativa sobre sus miembros, lo que facilita la imposición de los precios propuestos.
Acciones judiciales inminentes y denuncias anteriores
En respuesta a estas acciones ilegales , Asemesa ha anunciado que presentará acciones judiciales inminentes contra Asomanca y La Unión Extremadura. La asociación considera que estas organizaciones están violando no solo las leyes nacionales, sino también las normativas comunitarias sobre competencia, y buscará que los tribunales tomen medidas para detener estas prácticas.
Asemesa ya había presentado una denuncia similar en 2023, alegando que Asomanca y La Unión Extremadura participaron en prácticas intimidatorias y colusorias para imponer precios. Esa denuncia todavía está en trámite, lo que sugiere que este conflicto ha estado latente durante algún tiempo. Las nuevas acciones judiciales se enmarcan como una continuación de la lucha de Asemesa para proteger la integridad del mercado.
Compromiso con la libertad de mercado y la competencia justa
En su comunicado, Asemesa reafirma su compromiso con la libertad de mercado como pilar fundamental para el desarrollo y sostenibilidad del sector de la aceituna negra en España. La asociación asegura que no cederá ante las imposiciones de precios y que continuará tomando todas las medidas necesarias para denunciar cualquier futura práctica que atente contra la libre competencia.
Asimismo, Asemesa hace un llamamiento público a otras asociaciones y actores del sector para que se sumen a la denuncia de estas prácticas ilegales y colaboran en la protección de la libre competencia . La organización cree firmemente que solo a través de una competencia justa se puede garantizar el crecimiento sostenible del sector.
Implicaciones para el mercado de la aceituna negra
El sector de la aceituna negra ha sido históricamente uno de los más importantes en la agricultura española, especialmente en regiones como Extremadura y Andalucía. Sin embargo, las continuas fluctuaciones de precios y las disputas entre productores e industriales han añadido una capa de complejidad a este mercado.
El intento de fijación de precios denunciado por Asemesa no es un caso aislado. En los últimos años, ha habido múltiples enfrentamientos entre productores e industriales por el precio de venta de la aceituna, lo que refleja una creciente insatisfacción con el estado actual del mercado. La fijación de precios, aunque ilegal, puede ser vista por algunos productores como un último recurso ante la presión económica.
No obstante, si los tribunales dan la razón a Asemesa, podría sentar un precedente legal importante que impida futuros intentos de fijación de precios y fortalezca el marco regulador en torno a la competencia en este sector.
Una batalla legal que definirá el futuro del sector
El conflicto entre Asemesa, Asomanca y La Unión Extremadura está lejos de resolverse y las próximas acciones judiciales podrían tener implicaciones duraderas para el mercado de la aceituna negra . Con la campaña de recolección de 2024 a punto de comenzar, la atención se centrará en los tribunales y en cómo se desarrollarán estas denuncias. Asemesa se mantiene firme en su postura en defensa de la libre competencia, mientras que los productores miran con preocupación las posibles repercusiones en sus ingresos.