El próximo martes, ASAJA-Sevilla y Asociafruit llevarán a cabo una fritada comparativa entre la patata nueva española y la patata francesa de importación, conservada en cámaras, para poner de manifiesto que las propiedades gastronómicas y culinarias de estas patatas son inferiores, ya que en el proceso de conservación la patata francesa ha convertido su almidón en azúcares, por lo que esta patata vieja cuando se fríe se ennegrece y se reblandece, empeorando su aspecto y su sabor.
Además, ASAJA-Sevilla y Asociafruit repartirán 2.000 kg de patatas en este acto con el que se pretende poner en valor las bondades de nuestra patata nueva.
Al cultivo de la patata nueva, un producto básico en el menú diario de una dieta equilibrada, se dedican en la provincia de Sevilla 3.500 hectáreas, el 44% de la superficie total de patata nueva de Andalucía (8.000 hectáreas). El cultivo genera cerca de 70.000 jornales anuales en la provincia de Sevilla.
La patata nueva es una patata fresca, plena de sabor, saludable, que se recolecta y se comercializa durante la temporada, sin pasar por ningún proceso de conservación y en cantidades suficientes para abastecer al mercado nacional y europeo. ¿Por qué entonces España importa el 70% de patatas de otros países, fundamentalmente de Francia? Y encima nos envían patatas que no son frescas como la nuestra, sino deconservación, mantenidas nueve meses a baja temperatura, con la consiguiente pérdida de frescura y de parte de sus propiedades, entre otras, de sus aptitudes para la fritura, principal uso culinario en nuestro país.
Un cultivo importante en Sevilla y en Andalucía
Según datos de la Consejería de Agricultura, en la provincia de Sevilla se cultivan unas 3.500 hectáreas de patata nueva, principalmente en las comarcas de La Vega, El Aljarafe y Las Marismas. También se cultivan patatas nuevas en las provincias de Cádiz, Huelva, Málaga y Córdoba, hasta completar las 8.000 hectáreas que se siembran en Andalucía.
En los últimos años el cultivo viene atravesando -al igual que en toda España- unas enormes dificultades, lo que está ocasionando una reducción muy significativa de la superficie sembrada. Hemos pasado de las 257.000 hectáreas de cultivo registradas en España en 1992, a las 60.000 actuales, lo que supone una reducción del 77%. En el caso de Andalucía, de 23.500 hectáreas cultivadas en 2004, apenas sí llegamos hoy a las 8.000.
Esta reducción de la producción tiene una consecuencia directa sobre el empleo generado. Así, esta caída de la superficie cultivada supone una pérdida, sólo en empleos directos, del equivalente a más de 33.000 puestos de trabajo fijos en los últimos 25 años.
Por este motivo, ASAJA-Sevilla, junto a Asociafruit, consideran necesario poner en valor el producto nacional, haciendo hincapié en el hecho de que se trata de un producto muy valorado por el mercado internacional, pero que tiene escasa penetración en el mercado nacional, en beneficio de la patata importada de conservación, más barata y con aspecto exterior artificialmente más bonito.
El acto tendrá lugar el próximo 12 de junio en la Plaza del Altozano a partir de las 11:00 horas y cuenta con la colaboración de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía y la financiación de la Diputación provincial de Sevilla.