Asaja reclama a la Junta de Extremadura un plan excepcional de ayudas los apicultores ante su “catastrófica” situación

Agronews Castilla y León

7 de marzo de 2023

miel

Asaja Extremadura exige a la Junta de Extremadura un plan excepcional de ayudas directas partida que ayude a mitigar la “catastrófica situación” de los apicultores extremeños que, con unas 650.000 colmenas, lideran el sector a nivel nacional con la producción del 70% del polen que se crea en España en cada campaña. Además, como recuerda Ángel García Blanco, presidente de Asaja Extremadura, estos productores se quedaron fuera de las ayudas que la administración regional concedió hace unos meses por la sequía y las consecuencias de la guerra de Ucrania, lo que provoca en la actualidad que el mercado de miel esté prácticamente paralizado. Para más inri, los apicultores profesionales fueron excluidos de los beneficiarios de los 20 céntimos por litro de combustible que se han implementado para ayudar al transporte profesional.

Como consecuencia de todo ello, se ha organizado una concentración del sector a nivel nacional este próximo jueves 9 de marzo ante el Ministerio de Agricultura “en defensa de la miel y la apicultura española”.

Si todas estas cuestiones no se solucionan, y tras la importante manifestación del pasado mes de enero en Mérida, los apicultores extremeños, que este próximo jueves viajarán a la capital de España de una manera masiva, estudian un nuevo calendario de movilizaciones en la región extremeña en las próximas fechas.

Los apicultores denuncian que la producción de miel y otros productos apícolas se ha reducido este año alrededor del 50%, sin olvidar que se partía de una cifra muy baja como consecuencia de los malos resultados de los últimos años.

La escasez de floración, y por tanto, de alimento (néctar y polen), y de agua, como consecuencia de la fuerte sequía, las continuas olas de calor y las temperaturas extremas del verano pasado, han provocado efectos muy graves en la supervivencia de las abejas y las colmenas, así como en la producción de miel y polen.

La reducción de la producción no se ha debido exclusivamente a las alteraciones climáticas sino también a la proliferación de los problemas sanitarios, en especial a los efectos de Varroa, y a los daños ocasionados por depredadores, como es el caso del abejaruco o de avispas invasoras (Vespa velutina, Vespa orientalis o Vespa bicolor). Todos ellos han provocado una enorme mortandad, perdiendo en varias regiones hasta un tercio de las colmenas. Mortandad que se acumula a la ya sufrida durante los últimos 4-5 años.

Tampoco hay que olvidar que los grandes y numerosos incendios forestales producidos este verano, como en el norte de la provincia de Cáceres, que han ocasionado también elevados daños al sector apícola en numerosas zonas, perdiendo no solamente la producción y abejas, sino todas las colmenas e infraestructura complementaria.

A pesar de esta reducción de la producción, la comercialización de la miel española durante esta campaña está siendo muy complicada. Un porcentaje muy importante de la miel se encuentra todavía en manos de las y los apicultores y sus cooperativas, lo que está provocando un daño muy importante a la economía familiar de las y los productores de miel. Esto es debido a que los principales envasadores de miel y la gran distribución están apostando fuertemente por dejar de lado nuestra propia producción de miel y proveerse de mieles de otros países. Mientras la miel española parece no encontrar comprador en nuestro mercado, los envasadores de miel están importando masivamente miel de terceros países a precios que se sitúan muy por debajo de los costes de producción en España. Además, la miel que se ha podido comercializar no ha sido a un precio suficiente para cubrir los costes de producción, los cuales se han incrementado muy significativamente durante los últimos meses.

La legislación sobre el etiquetado de origen de la miel está contribuyendo de forma importante en el destierro de la miel española en los lineales de la gran distribución. Aduciendo que las y los consumidores españoles se niegan a aceptar el precio que supone producir miel en nuestro país, están poniendo en los lineales muy mayoritariamente mezclas de distintos países, utilizando una vez más la imagen y nombre de miel española, aprovechándose de la nueva norma de etiquetado y la normativa europea y del desconocimiento de la mayoría de la ciudadanía.

En lo que se refiere a los inputs, han sido muy significativas las subidas de precios del gasóleo (fundamental para la actividad trashumante con desplazamientos a grandes distancias), del complemento de alimentación, de los tarros, cajas y envases metálicos, y de otros inputs. Además, el debilitamiento y la mayor mortalidad de las colmenas ha obligado a hacer un mayor uso de estos inputs, acrecentando así el problema de costes.



Share This