ASAJA León lamenta la falta de responsables políticos de esa provincia en el nuevo organigrama de la Consejería de Agricultura

Agronews Castilla y León

24 de julio de 2015

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Una vez aprobados y publicados en el BOCYL los nombramientos de los altos cargos de la consejería de Agricultura y Ganadería, de nuevo no aparece ninguna cara de León, lo que supone, en opinión de ASAJA, toda una afrenta para la provincia por el peso que tiene el sector en el conjunto de la autonomía, y por la especificidad de la agricultura y ganadería leonesas, muy diferente en muchos aspectos a la de otras provincias. Pero lo grave es que viene siendo así desde hace muchos años. En las dos anteriores legislaturas, tampoco hubo ningún leonés entre los 6 altos cargos de Agricultura (en alguna etapa llegaron a ser 8 altos cargos). Y si se echa la vista, aseguran desde la organización, más atrás, la excepción desde el año 1986 ha sido el periodo que ocupó en la Dirección General de Agricultura y Ganadería Oscar Reguera (ahora político zamorano), y el que ocupó en la Dirección General de Industrias Agrarias el fallecido Manuel Álvarez.

En otra etapa muy lejana, pero que fue en la única en la que no gobernó el PP, las cosas fueron distintas. Con el gobierno de Demetrio Madrid, a principios de los años 80, y siendo consejero de Agricultura y Ganadería el leonés Jaime González, nombró de Director General de Agricultura y Ganadería al leonés Juan Antonio Ordás, de Estructuras Agrarias al leonés Antonio Losa, y de Industrias Agrarias y Comercialización al también leonés Felipe Robla.

La falta de políticos leoneses en el ámbito de la consejería de Agricultura hace difícil explicar al equipo del consejero o consejera la especificidad de los regadíos de esta provinvia y los cultivos que llevan asociados; difícil que entiendan la problemática de la ganadería y en particular la relacionada con el sector lácteo; la del saneamiento ganadero en las zonas de montaña; los daños de los animales salvajes; la especificidad de la agricultura de montaña en general; las limitaciones al a ganadería en los espacios protegidos; el carácter diferencial de la agricultura del Bierzo; las peculiaridades vinculados al minifundismo, el reducido tamaño de las parcelas o la propiedad en manos de las entidades locales; difícil que entiendan el papel de la mujer en la agricultura donde la provincia tiene el porcentaje más alto de cotizantes femeninas en el régimen de la Seguridad Social; de que se sensibilicen con un sector remolachero que todavía mantiene una fábrica en la provincia; o que se conozcan nuestras endebles estructuras de comercialización. En esta línea, la Junta ha errado al establecer los coeficientes de pastos para las declaraciones de la PAC, ha hecho una propuesta inasumible en la definición de la práctica de la trashumancia, no ha sido capaz de limar las reticencias de la sociedad leonesa a la campaña de Tierra de Sabor, y en la aplicación de la PAC no se han corregido desequilibrios que llevan a que los agricultores leoneses sean los que menos ayudas reciben. Cultivos exclusivamente leoneses como el lúpulo, las alubias y los frutales, están excluidos de las ayudas de la PAC. El apoyo de la Junta al sector vitivinícola no es el mismo en todas las denominaciones de origen, pues en las de León (Bierzo y Tierra de León), a diferencia de otras de Castilla y León, una gran parte de la producción de vende a granel sin etiquetar, por tanto sin valor añadido.

En las Cortes tampoco

Aunque el papel del Parlamento Autonómico ha sido poco relevante, y menos la comisión de Agricultura, en ésta última tampoco han pintado nada los leones en los cargos de relevancia: presidencia y portavocía del partido que sustenta el Gobierno.



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