ASAJA lamenta la incertidumbre en la campaña de riego en Palencia por «malas políticas hidráulicas que se añaden a la escasez de precipitaciones»

  • La Confederación del Duero califica de «comprometida» la situación del sistema Pisuerga, con unas reservas del 48%, veintiséis puntos menos que en la última década
  • La disponibilidad de agua para riego en este sistema ya se ha limitado a 3.500 metros cúbicos por hectárea, mientras la dotación en el sistema Carrión se establece en 4.500
  • El organismo de cuenca advierte, no obstante, que estas cifras podrían revisarse a la baja o al alza en ambos sistemas en función de la climatología de los próximos meses

Agronews Castilla y León

15 de abril de 2023

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Pintan bastos para la campaña de riego de 2023 en la agricultura palentina, a la vista de los datos de agua embalsada y de las decisiones tomadas esta semana por la Junta de Gobierno y la Comisión de Desembalse de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD). ASAJA-Palencia reconoce la escasez de precipitaciones que padece la provincia en los últimos meses, pero lamenta que la situación se vea agravada por una deficiente regulación y por las actuales políticas hidráulicas, reacias a la inversión en infraestructuras para almacenar más agua para el riego, que acabarían con una carencia histórica. La CHD reconoce, de momento, la «situación comprometida» del sistema Pisuerga, cuyos embalses —Aguilar, La Requejada y Cervera-Ruesga— presentan a fecha de hoy unas reservas del 48,5%, veintiséis puntos menos que la media de la última década, que ronda el 75%. Por este motivo, el organismo regulador ha establecido una dotación máxima de sólo 3.500 metros cúbicos por hectárea en este sistema, tanto para los regadíos que se abastecen a través de los canales del Estado, como para el resto de tomas de riego del sistema Pisuerga. La situación es menos grave en el sistema Carrión, donde se ha autorizado una dotación orientativa de 4.500 metros cúbicos por hectárea.

 

La CHD afirma que está «prácticamente garantizada» la campaña en todos los sistemas de la cuenca, pero no sucede así en el Pisuerga debido a las insuficientes precipitaciones del otoño y el invierno pasados. ASAJA-Palencia considera que esta excepcionalidad que de nuevo afecta al sistema Pisuerga (así como al Bajo Duero y al sistema Torío-Bernesga) debería mover a reflexión sobre las actuales políticas restrictivas a la inversión en infraestructura hidráulica que reinan últimamente en todo el país, y que singularmente perjudica a los regantes palentinos.

Según recoge el último informe del Plan Especial de Sequía, correspondiente al mes de marzo, el sistema Pisuerga se encuentra en situación de prealerta en el Indicador de Escasez, aunque el Indicador de Sequía Prolongada se hallaba en situación de normalidad, como sucede en todos y cada uno de los sistemas del Duero.

 

CERCA DEL NIVEL DE ALERTA

 Esa situación de prealerta en el Pisuerga se presenta con el índice más bajo de toda la cuenca: 0,34, prácticamente la mitad que en el total del Duero (0,73). No sólo se sitúa por debajo del umbral de normalidad, cifrado en 0,5, sino peligrosamente cercano al nivel que marca el paso al nivel de alerta (0,3), previo al de emergencia (0,15). Es decir, de los cuatro niveles que la CHD maneja para calificar la escasez (normalidad, prealerta, alerta y emergencia), el sistema Pisuerga se halla prácticamente en niveles de alerta, si nos atenemos además a la escasez de precipitaciones que se viene dando esta primavera.

Este indicador se calcula con el volumen de agua embalsada en el conjunto del sistema (Aguilar, La Requejada y Cervera-Ruesga), que suma 152,7 hectómetros cúbicos, apenas el 48% del total de capacidad, que ronda los 316 hectómetros entre los tres embalses. La media de los últimos diez años de volumen embalsado en este sistema se sitúa en 237 hectómetros; es decir, el sistema Pisuerga acumulaba en marzo aproximadamente un tercio menos de agua embalsada (-35%) que la media de la última década.

 

COMO EN 2022

Con unas cifras actuales similares a las del pasado año (152 hm3), los regantes del sistema Pisuerga parecen condenados a una incertidumbre como la que ya padecieron en la campaña de 2022. Considerando la escasez de lluvias, se cierne la amenaza de entrar en el escenario de escasez severa —alerta— y ya conocen los regantes que esto implica «problemas para atender las demandas de agua satisfactoriamente», como señala de modo explícito el propio Plan Especial de Sequía.

Si el Indicador de Escasez presenta pocas dudas, el de Sequía Prolongada en el sistema Pisuerga ratifica el pesimismo: el informe de marzo lo sitúa en 0,38, no muy lejos del 0,30 que marca el umbral entre la normalidad y la sequía prolongada, a la que ya cayó este sistema prácticamente toda la pasada campaña. Este Indicador de Sequía se calcula en el Pisuerga con seis coeficientes ponderados correspondientes a las entradas de agua a los dos embalses de la cabecera —La Requejada y Cervera-Ruesga—, a tres estaciones de aforo a lo largo de la cuenca del Pisuerga y a la pluviometría tomada en Valladolid.

En el sistema Carrión, los indicadores de marzo son mejores, tanto el de Sequía (0,53) como en el de Escasez (0,87), calculado éste con el volumen embalsado en Camporredondo y Compuerto: el mes pasado se superaban los 154 hectómetros cúbicos, lo que representa el 94% de la capacidad total de ambos (casi 164 hm3). A fecha 11 de abril, ese volumen había descendido a 152 hm3, pero sigue aproximadamente un 10% por encima de la media de los diez últimos años (138 hm3) y, en todo caso, es significativamente superior al volumen embalsado en el sistema Carrión hace un año (107 hm3), sin perjuicio del déficit histórico de capacidad y regulación que registra por falta de inversiones.

 

RESERVAS MÍNIMAS

Por esas carencias, aunque la dotación orientativa de riego en el Carrión recién aprobada —4.500 metros cúbicos por hectárea—  es ligeramente superior a la del sistema Pisuerga (3.500 m3), se sitúa en la zona baja de las aprobadas en el conjunto de la cuenca, con varios sistemas en torno a los 6.000 m3). Estas cantidades se estiman en cada Junta de Explotación una vez que la Comisión de Desembalse de la cuenca del Duero fijó los volúmenes mínimos de reserva en estos sistemas: 25 y 35 hectómetros cúbicos para el Carrión y el Pisuerga, respectivamente.

Estas dotaciones orientativas máximas sirven de referencia para los usuarios del riego, pero la Confederación Hidrográfica del Duero ya advierte que estos valores pueden sufrir variación durante los próximos meses, tanto al alza como a la baja, en función de las condiciones meteorológicas. A esos efectos, la experiencia vivida el pasado año está reciente en la memoria de los regantes palentinos. La CHD señala que cada vez es más frecuente la aparición de «circunstancias climatológicas extremas durante la primavera y el verano, episodios que ya afectaron de forma seria al desarrollo de la pasada campaña»; y vaticina que «pueden suponer un factor clave en este 2023».

Así pues, el desarrollo de la campaña de riego en los sistemas de la provincia de Palencia recién estrenada va a estar condicionado principalmente por el tiempo de esta primavera, como reconoce la propia Confederación, organismo regulador que anuncia que «las condiciones climatológicas que se dispongan en los diferentes sistemas de explotación de la cuenca durante esta estación van a incidir doblemente tanto en el consumo de agua en las zonas regables como en las reservas de los embalses».

 

ERROR ESTRATÉGICO

Para ASAJA-Palencia, el actual contexto de escasas precipitaciones evidencia aún más el error de unas políticas contra la inversión en nuevas infraestructuras de almacenamiento, que afectan a esta provincia, porque los sistemas Carrión y Pisuerga son susceptibles de aumentar sensiblemente en capacidad de almacenamiento y regulación, y en una gestión hidrológica justa, racional y con visión de conjunto, lo que redundaría no sólo en beneficio de los regantes y del sector primario, sino de toda la sociedad.

La organización profesional agraria destaca que Palencia no es una provincia deficitaria en precipitaciones, ni mucho menos, si se compara además con otros  territorios de España; pero hay políticas empeñadas en no considerar al agua como un recurso generador de empleos y actividad económica, que además fija población rural, sino en procurar que el agua se vaya cuanto antes al océano.



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