La Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos ha lanzado una propuesta innovadora en relación al sector vitivinícola, sugiriendo arranques de viñedo basados en criterios sociales como una medida clave para impulsar la reestructuración del sector. Esta propuesta llega en un momento crucial, justo cuando se están llevando a cabo importantes reuniones en Bruselas para tratar el futuro del mercado vitivinícola.
El contexto de la propuesta
En el marco de la sectorial convocada por la Dirección General de Producciones y Mercados Agrarios, que tuvo lugar el pasado jueves, la Unión de Uniones subrayó la necesidad de promover políticas que consideren no solo la viabilidad económica, sino también el impacto social de las decisiones. La reestructuración del viñedo mediante arranques controlados se presenta como una solución viable para enfrentar los retos que enfrenta el sector, que ha sido duramente golpeado por la crisis climática, la caída en el consumo de vino a nivel mundial, y los efectos de la pandemia en las exportaciones y canales de comercialización.
Entre las principales medidas sugeridas, la organización pone el énfasis en dotar de mayor flexibilidad las intervenciones contempladas en la Intervención Sectorial Vitivinícola (ISV), a fin de ajustarlas a las necesidades reales del mercado. En la próxima reunión de Alto Nivel en Bruselas, esta será una de las propuestas más destacadas por parte de los agricultores y viticultores españoles.
Criterios sociales para los arranques de viñedo
Una de las ideas clave de la Unión de Uniones es que los arranques de viñedo se realicen teniendo en cuenta criterios sociales. Esto implica analizar no solo los factores económicos, sino también el impacto en las comunidades rurales, la viabilidad de las pequeñas y medianas explotaciones y la necesidad de rejuvenecer un sector que en muchos casos cuenta con una población agraria envejecida.
La organización agraria considera que el arranque de viñedos debe ser visto como una oportunidad para reestructurar el sector, permitiendo a los viticultores que deseen abandonar la actividad hacerlo de manera digna y garantizando que aquellos que decidan continuar puedan redimensionar sus explotaciones y mejorar su rentabilidad. Esto contribuiría a resolver uno de los problemas más graves que enfrenta el sector, que es la pérdida de rentabilidad en los últimos cinco años.
Arranques con criterios sociales: una solución ante la crisis
La crisis actual del sector vitivinícola, marcada por la reducción del consumo global y la caída de exportaciones, ha puesto en evidencia la necesidad de tomar medidas estructurales. En este contexto, los arranques de viñedo se perfilan como una herramienta clave para ajustar la oferta a la demanda y recuperar la estabilidad del mercado. Sin embargo, la Unión de Uniones insiste en que estas medidas deben ir acompañadas de un enfoque social que garantice la sostenibilidad de las explotaciones familiares y pequeñas bodegas, que son las más vulnerables ante los cambios del mercado.
El cambio climático y su impacto en el viñedo
Otro de los aspectos cruciales que aborda la Unión de Uniones es la necesidad de adaptar el sector a los desafíos del cambio climático. El cultivo del viñedo, como cualquier actividad agrícola, se ve directamente afectado por las variaciones en las condiciones climáticas, y los agricultores se enfrentan a fenómenos meteorológicos cada vez más extremos. Por esta razón, la organización plantea la apertura de la medida de inversiones al sector productor, lo que permitiría a los viticultores adoptar nuevas técnicas y tecnologías que les ayuden a mitigar los efectos del cambio climático.
Además, la Unión de Uniones defiende la necesidad de facilitar la promoción en mercados externos y en el propio mercado comunitario, con especial énfasis en las pequeñas y medianas bodegas, que suelen tener mayores dificultades para acceder a canales de comercialización internacionales.
Medidas complementarias: destilación y vendimia en verde
La Unión de Uniones también propone analizar la viabilidad de la destilación de subproductos como una opción para las bodegas que busquen diversificar sus actividades y reducir el impacto de las crisis en la comercialización del vino. Esta medida permitiría a las bodegas aprovechar al máximo los recursos generados en el proceso de producción del vino, lo que podría contribuir a mejorar la rentabilidad del sector.
Otra de las propuestas es priorizar la vendimia en verde frente a las destilaciones de crisis. La vendimia en verde consiste en eliminar una parte de la producción de uva antes de que madure, lo que reduce la oferta y, por lo tanto, puede contribuir a estabilizar los precios en situaciones de exceso de producción.
Fondos extraordinarios para la reestructuración del sector
La Unión de Uniones considera que para que todas estas medidas tengan un impacto real en la reestructuración del sector vitivinícola, es necesario contar con fondos extraordinarios que permitan su desarrollo. Estos fondos deberían provenir de la Comisión Europea, tal como se expone en el informe de la propia Comisión, y deben estar destinados a apoyar la reconversión del sector y a garantizar la viabilidad a largo plazo de las explotaciones vitivinícolas.
El problema del relevo generacional en el sector vitivinícola
Un aspecto que preocupa profundamente a la Unión de Uniones es el relevo generacional en el sector vitivinícola. Según la organización, el sector cuenta actualmente con más de medio millón de explotaciones, con una superficie media de apenas 1,7 hectáreas. Este tamaño tan reducido de las explotaciones dificulta su rentabilidad, lo que desincentiva a los jóvenes a incorporarse al sector.
“Es imposible que exista relevo generacional si no se trabaja en la rentabilidad del sector. ¿Qué joven va a querer dedicarse a ello si no se garantiza un futuro sostenible?”, afirman desde la organización.
En este sentido, la Unión de Uniones considera que es urgente abordar los problemas estructurales del sector, como la pérdida de rentabilidad, y ofrecer incentivos que hagan atractivo para los jóvenes dedicarse al cultivo del viñedo. Solo de esta manera se podrá garantizar la continuidad de un sector que es clave tanto desde el punto de vista económico como cultural en muchas regiones de España.
Conclusiones
La propuesta de la Unión de Uniones de realizar arranques de viñedo con criterios sociales se presenta como una medida innovadora y necesaria para enfrentar los retos que atraviesa el sector vitivinícola. En un momento de crisis climática, caída del consumo y dificultades de comercialización, esta reestructuración permitiría ajustar la oferta a la demanda y garantizar la sostenibilidad de las pequeñas y medianas explotaciones.
Sin embargo, para que estas medidas tengan éxito, es imprescindible contar con el apoyo de la Unión Europea y asegurar la financiación necesaria para implementar estas políticas. Solo así se podrá garantizar el futuro del sector vitivinícola y fomentar un relevo generacional que asegure la continuidad de una actividad fundamental para el mundo rural.