Aunque la actividad de recogida de patata ya se había iniciado de forma puntual en zonas como Málaga, lo cierto es que la campaña se generaliza y extiende cuando las máquinas inician la labor en los campos murcianos de Cartagena donde se concentran una parte muy importante de las variedades tempranas y extratempranas español, pues según los últimos datos ofrecidos por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, esta campaña se habrían dedicado a este cultivo cerca de 4.000 hectáreas.
El inicio del arranque del producto nacional hace que los envasadores españoles abandonen la importación de tubérculo de fuera para centrarse en el autóctono que ofrece una mayor calidad, y esto a pesar de que el precio del producto de más allá de los Pirineos, entre 0,33 y 0,36 euros, es inferior al que se está pagando en esto momentos en Murcia que puede rondar entre los 0,45 y los 0,50 euros.
«En cuanto hay producto español, tenemos que apostar por él, pues nos ofrece una calidad superior y, a partir de este momento, también tenemos continuidad de oferta algo que es muy importante», asegura Juan Manuel Coello de Patatas Meléndez. Empresa líder en el envasado de patata de fresco que a iniciar esta semana la recogida en la zona de Cartagena de donde espera obtener 15.000 toneladas , en una campaña en la que «las perspectivas son buenas». «En aquella comarca tenemos firmados contratos con cerca de 20 agricultores con una superficie que ronda las 350 hectáreas». «Apostamos por variedades como la Soprano que nos ofrece buenos resultados y que en estos momentos ya tiene una presentación adecuada para trasladársela al consumidor», concluye.
Con la generalización de la campaña en el campo murciano, arranca un nuevo año de recogida de patata que se trasladará, a partir del 15 de mayo a Andalucía, especialmente a la provincia de Sevilla, para finalizar en torno a mediados de junio, para reanudarse de nuevo a principios de julio en Albacete y en la segunda mitad de julio en Castilla y León, donde se calcula que las siembras se pueden situar en las 20.000 hectáreas, cifra ligeramente superior a las 18.000 de la campaña previa y donde las lluvias caídas en las últimas semanas quizás han contribuido de forma no premeditada a escalonar las siembras, facilitando que la oferta sea por fases y no de golpe como ha sucedido en años anteriores.
