
Durante la primavera de 2025, las condiciones meteorológicas han sido especialmente favorables para la proliferación del fuego bacteriano, una grave enfermedad que afecta principalmente a perales, manzanos y membrilleros, y que puede causar la muerte completa del árbol infectado. En este contexto, la Sección de Protección de Cultivos de INTIA ha emitido una alerta y una hoja informativa instando a extremar la vigilancia y a aplicar estrictamente las medidas de control.
Las precipitaciones severas, unidas a temperaturas suaves (entre 18 y 20 °C) y una humedad relativa superior al 70 % durante muchos días, han favorecido la aparición de síntomas en numerosas parcelas de peral y manzano, afectando con frecuencia a buena parte de las zonas productoras.
Una enfermedad letal: sin cura, pero con medidas de prevención eficaces
El fuego bacteriano está provocado por la bacteria Erwinia amylovora, patógeno que se transmite de forma rápida y silenciosa mediante herramientas contaminadas, insectos, aves, maquinaria agrícola o lluvias intensas. Actualmente, no existe tratamiento curativo, por lo que la única vía de contención pasa por medidas preventivas y profilácticas aplicadas con rigor.
Medidas preventivas recomendadas por INTIA
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Vigilancia continua de las plantaciones para detectar síntomas de manera temprana.
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Uso obligatorio de desinfectantes en herramientas agrícolas.
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Orden de trabajo riguroso, comenzando las tareas agrícolas por las fincas limpias.
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Notificación inmediata a las autoridades si se detecta incumplimiento de la normativa.
Qué hacer ante un brote: protocolo de actuación
Ante la detección de síntomas, la acción debe ser inmediata. Los pasos a seguir son:
Cortar la rama afectada a **40 cm por debajo** del área dañada. Si el árbol está muy afectado, **debe ser arrancado completamente**.
Las medidas profilácticas incluyen:
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Corte de órganos sospechosos y almacenamiento en bolsas estancas para su posterior quema.
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Uso de guantes desechables.
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Limpieza de maquinaria con productos desinfectantes como lejía diluida al 10 % o peróxido de hidrógeno.
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Quema controlada del material vegetal en zonas habilitadas.
Tratamientos recomendados en momentos clave
INTIA señala que los tratamientos preventivos deben realizarse en momentos estratégicos:
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Floración primaria y secundaria
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Postfloración temprana
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Caída de hojas
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Tras caída de pedrisco
Estos momentos son especialmente críticos, ya que la planta se encuentra más vulnerable a la entrada de patógenos a través de heridas naturales o provocadas.
Síntomas que no deben pasarse por alto
El fuego bacteriano presenta una serie de signos distintivos, entre ellos:
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Marchitamiento y ennegrecimiento de flores, frutos jóvenes y brotes.
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Curvatura de brotes en forma de cayado.
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Coloraciones rojizas en la base del brote por el avance de la infección.
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Hojas marrón-negruzcas que no se desprenden.
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Necrosis avanzadas, chancros en la corteza y tonalidades rojizas en los tejidos internos.
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Exudados bacterianos, especialmente en frutos pequeños o cercanos a recolección.
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Persistencia en cámaras de conservación, provocando la contaminación de frutos sanos en atmósfera controlada.
Cuando la infección es severa, puede provocar la muerte total del árbol, con impactos económicos muy graves para el agricultor.
Épocas de mayor riesgo y factores desencadenantes
Aunque la floración es la época de mayor riesgo de infección, existen otros momentos sensibles:
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Floraciones secundarias (junio a septiembre)
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Época de recolección
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Caída de hojas
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Heridas provocadas por técnicas culturales o granizo
Estos factores permiten la entrada del inóculo en la planta, favoreciendo su desarrollo en condiciones climáticas favorables.
Un enemigo conocido: antecedentes del fuego bacteriano en Navarra
La presencia del fuego bacteriano en Navarra se remonta a finales de los años 90 e inicios de los 2000. Las primeras infecciones se detectaron en plantas procedentes de viveros externos, lo que llevó a la declaración de cuarentena y al arranque de numerosas plantaciones completas.
Entre los casos más significativos destacan:
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El ensayo de perales de Cadreita en 2002.
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La colección de manzanas autóctonas de Sartaguda en 2016.
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Otras parcelas experimentales y comerciales con presencia documentada de la enfermedad.
Durante años, se establecieron Zonas Protegidas (ZP) en localidades como Amescoa Baja, Beintza-Labaien, Villafranca, Cadreita y Fustiñana. El resto del territorio era considerado Zona no Protegida, donde la presencia del fuego bacteriano era visible.
2023 y 2024: un repunte preocupante
A partir de 2023, se han dado una serie de condiciones excepcionales que han favorecido el resurgimiento del fuego bacteriano a gran escala. Las comarcas VI y VII han registrado los brotes más extensos, mientras que las plantaciones autóctonas de manzano de la Comarca I presentaron los peores datos de infección durante los años 2023 y 2024.
Conclusión: convivir con la enfermedad exige responsabilidad colectiva
El fuego bacteriano es ya una realidad endémica en muchas zonas de Navarra y otras regiones productoras. Su control no depende solo de las administraciones públicas, sino de la implicación activa de agricultores, técnicos y viveristas.
Solo mediante una aplicación rigurosa de medidas preventivas, una vigilancia constante y una comunicación efectiva entre todos los actores del sector, se podrá evitar que esta enfermedad siga extendiéndose y causando daños irreparables en el patrimonio frutícola