
La asociación de ganaderos Agromuralla ha alzado la voz ante los nuevos contratos lácteos firmados con la industria y en vigor desde el 1 de abril, alertando de que los aumentos de precio en la leche no son generalizados, sino que benefician únicamente a entre un 10 y un 20 % de las explotaciones, es decir, aquellas con mayor volumen de producción.
Una subida que no llega al conjunto del sector productor
Según el análisis de Agromuralla, la mejora introducida en estos nuevos contratos es «muy limitada», con un incremento medio estimado de entre 0,5 y 1 céntimo por litro en el conjunto de las granjas. Esta situación ha sido calificada como una «congelación encubierta del precio de la leche», ya que las industrias optaron por subir el precio vía primas por volumen solo para las explotaciones que entregan más de 200.000 litros mensuales, lo que equivale a ordeñar unas 200 vacas.
En contraste, el perfil mayoritario del ganadero gallego es muy diferente: en Galicia, la mayoría de las explotaciones tienen entre 50 y 100 vacas, y producen menos de 100.000 litros al mes. Por tanto, la medida excluye directamente a la mayoría del sector.
📊 Datos clave del sector lácteo gallego en 2025
Indicador | Valor aproximado |
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Número de explotaciones lecheras activas | < 5.000 |
Vacas promedio por explotación pequeña | 50–100 |
Producción mínima para acceder a primas por volumen | >200.000 litros/mes |
Diferencia de precio por litro entre explotaciones | Hasta 7 céntimos |
Precio medio por litro en explotaciones grandes | 0,50 € |
Precio medio por litro en explotaciones pequeñas | 0,43 € |
Desigualdad entre granjas: hasta 7 céntimos de diferencia por litro
La decisión de grandes empresas como Lactalis, Larsa, Grupo Lence (Leite Río y Leyma), Leche Celta o Reny Picot de mantener el precio base y ofrecer bonificaciones por volumen ha derivado, según Agromuralla, en una brecha inaceptable: «la diferencia de precio entre granjas vecinas puede alcanzar los 7 céntimos por litro».
“Es injustificado que dos fincas de la misma parroquia que entregan leche a la misma empresa, vean cómo una cobra 50 céntimos por litro y la otra apenas 43 céntimos, cuando la recogida la realiza el mismo camión”, denuncia la asociación.
Agromuralla exige transparencia: que el aumento se refleje en el precio base
De cara a la próxima renovación de contratos en agosto —dado que la mayoría tiene una vigencia de cuatro meses (del 1 de abril al 31 de julio)—, Agromuralla reclama que los incrementos se apliquen directamente al precio base. De esta forma, todas las granjas, independientemente de su tamaño, se verán beneficiadas por las mejoras de mercado.
“El objetivo de Agromuralla es defender a todo el sector, tanto grandes como pequeños productores”, subrayan desde la organización.

Calidad, no cantidad: el nuevo criterio para valorar la leche
Agromuralla también propone un cambio estructural en la política de primas: dejar de incentivar el volumen y empezar a premiar la calidad.
“Las bonificaciones deben establecerse según criterios higiénico-sanitarios, como el recuento de células somáticas, las condiciones de grasa y proteína o el esfuerzo en el manejo del ganado. Esto sí recompensa el trabajo bien hecho, sin importar si la granja tiene 50 o 500 vacas”, explican.
Prácticas abusivas de la industria y falta de control administrativo
La citada asociación ganadera gallega pide una mayor implicación de la Xunta de Galicia para frenar los abusos de las industrias y garantizar un sistema contractual justo. Además, reclama controles sobre los diferenciales de precio entre comunidades autónomas y dentro de la propia Galicia.
“No se puede permitir que las pequeñas granjas se vean penalizadas simplemente por ser pequeñas. A nivel logístico también son útiles: ayudan a completar los camiones de recogida, y la excusa de los costes de transporte es una falacia”, denuncian.
Un contexto internacional favorable que no llega al campo gallego
Agromuralla alerta de que la actual coyuntura internacional —con altos precios en Alemania, Holanda e Irlanda, caída de producción en Europa y amenazas como la fiebre aftosa o la gripe aviar— dibuja un escenario propicio para subidas de precios.
“Las buenas perspectivas del mercado internacional no deben traducirse solo en más margen para las industrias. Deben trasladarse también al campo”, exigen.
Las pequeñas explotaciones, imprescindibles para el tejido rural
La organización advierte del impacto social y económico del cierre de pequeñas explotaciones. En Galicia, cada día cierra una granja lechera y, de seguir así, en 2025 quedarán menos de 5.000 explotaciones.
“La desaparición de pequeñas explotaciones no solo es un problema económico, sino también social. Mantener cinco granjas de 100 vacas en un pueblo tiene un impacto mucho mayor que una sola granja con 500 vacas”, argumenta Agromuralla.
Además, subrayan que las nuevas exigencias de bienestar animal están siendo utilizadas por algunas industrias como “criterio de imagen” para excluir a ciertas granjas del sistema de recogida, acelerando su desaparición.
La advertencia final: si desaparece el tejido productivo, subirá la cesta de la compra
Agromuralla hace un llamamiento directo a la sociedad y al consumidor:
“Si seguimos permitiendo que cierren granjas, acabaremos dependiendo del exterior para abastecernos. Y eso significará pagar más en la cesta de la compra”.
📣 Conclusiones de Agromuralla
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Los aumentos en los contratos deben trasladarse al precio base, no solo a primas por volumen.
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La calidad debe ser el criterio para bonificar, no el volumen de producción.
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La Xunta debe intervenir para evitar prácticas abusivas y garantizar la igualdad entre explotaciones.
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La desaparición de granjas pequeñas empobrece el medio rural y encarece el consumo doméstico.