Acaba la vendimia en el Marco de Jerez con casi un 23% menos de uva recogida

Agronews Castilla y León

20 de septiembre de 2022

fcr

La vendimia en la provincia de Cádiz finalizó recientemente tras iniciarse, de forma oficial, el pasado 28 de julio. Ésta ha sido, recuerdan desde la Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía, la vendimia de la variedad Palomino más precoz y la primera de la historia que se adelanta al mes de julio. La variedad temprana Chardonnay se empezó a recolectar el 20 de julio.

Como siempre, la vendimia está condicionada por las circunstancias meteorológicas de cada año. Las temperaturas registradas en junio y julio, unido a la casi ausencia de lluvia de la primavera, han propiciado una maduración muy rápida de la uva, adelantándose el inicio de la recolección. Desde antes de la vendimia ya se preveía un descenso de la producción, fruto de las condiciones de falta de humedad en el suelo y de las sucesivas olas de calor de julio y agosto, con registros termométricos de más de 40ºC. Finalmente se han recolectado 44,35 millones de kilos de uva (en la anterior campaña se recolectaron 57,53 millones de kilos), un 22,9% menos que el año pasado. En este sentido es importante destacar que ha habido pagos donde la merma de rendimientos no ha superado el 15%, y otros, en cambio, han llegado hasta el 40%.

Este es el cuarto año consecutivo con rendimientos medios por debajo de la media histórica (10.000 kg/ha), en los que se han alcanzado poco más de los 6.000 kg/ha de uva. La graduación media ha sido esta campaña de 10,93 ºBaumé (11,5 ºBé la anterior campaña). El alcohol potencial o grados Baumé ha oscilado entre los 10,57 ºBé de media en el municipio de Sanlúcar de Barrameda, y los 11,56 ºBé de Chipiona. En la zona de mayor producción de uva de la provincia, municipio de Jerez de la Frontera, se han alcanzado los 10,95 ºBaumé, recolectándose casi 29 millones de kilos de uva. Hay que destacar que el 54% de la uva se ha recolectado mecánicamente, casi siempre en horarios nocturnos, para asegurar el perfecto estado de la uva a su llegada a los lagares. El 46% restante se ha vendimiado de forma manual.

Desde el punto de vista fisiológico, esta campaña ha sufrido unos de los inviernos más secos de los últimos años, contribuyendo a una importante falta de humedad en el suelo, donde las cepas se han desarrollado con menos hojas de lo normal, por lo que los racimos se han visto más expuestos a la luz directa del sol. Además, se ha observado, de forma casi generalizada, un mal cuajado de los racimos, con una gran diferencia entre las uvas de un mismo racimo, donde han podido encontrarse uvas deshidratadas junto a granos verdes.

Desde el punto de vista fitosanitario, éste ha sido, en general, satisfactorio; la uva ha entrado muy sana en los lagares, con una muy escasa incidencia de plagas y enfermedades. En el campo tan sólo se han registrado algunos episodios puntuales de araña amarilla (Tetranychus urticae) asociados a periodos de altas temperaturas, que se han combatido puntualmente con tratamientos focalizados; así como la incidencia de oídio (Uncinula necator) en algunas zonas, controlada también con los oportunos tratamientos fungicidas. En algunas viñas de los municipios costeros se empezó a detectar en agosto algunos focos puntuales de podredumbres del racimo, los cuales se controlaron de manera natural con las elevadas temperaturas del momento (> 40ºC).



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