La pancarta central dejaba clara su petición: “Más ayudas directas para el campo”. Además quedaba aún más cristalino a quién dirigían sus reclamaciones, Consejería de Agricultura y MAPAMA. Los cerca de 5.000 manifestantes que esta mañana han marchado por las calles del centro de Valladolid han querido hacer patente su hartazgo pero, sobre todo, el miedo que provocaría un escenario como el actual sin el apoyo del gobierno central o autonómico.
Pedro, uno de los manifestantes lo ejemplificaba: “Como todo siga así, no sé qué va a ser de mi explotación, porque ahora llegan los gastos de abonos, va a ser peor todavía. A 500 kilos de cereal -se dedica al secano- por 300 parcelas, imagina lo que se provoca” expresa.
La reacción de las organizaciones
Cómo él, otros miles de dramas de la que se ha convertido en la peor sequía desde el año 1905 y que ha sido respaldada tanto por organizaciones agrarias como por representantes políticos. En el primer lado, los responsables de ASAJA, UPA y UCCL -COAG decidió hace poco más de un mes no formar parte de la marcha- que han reclamado una mesa de negociación a tres bandas en la que ellos tengan cabida junto a los responsables del Ministerio y de la Junta: “Estamos pidiendo ayudas específicas porque el año es terrible, no va a aguantar ningún ganadero con las explotaciones abiertas a este paso” expresaba Aurelio González en declaraciones a Agronews.
Por su parte Donaciano Dujo desde Asaja ha tirado de metáfora para calificar al sector primario como el “tractor” que ha tirado en los años de la crisis de la economía en Castilla y León: “Hemos tirado del empleo, del medio rural y hemos hecho lo posible por que no se perdiese Producto Interior Bruto ni empleo”.
Una situación, la de los 40.000 agricultores a título principal que, tal y como recordó Jesús Manuel González Palacín, pueden verse abocados al cierre de sus explotaciones. “No podemos permitirnos el lujo de que se destruyan por un mal año”. Por ello ha pedido a Milagros Marcos e Isabel García Tejerina un “ejercicio mental” para que “reflexionen” y decidan convocar las ayudas extraordinarias.
Aseguran que la PAC no les vale y que los seguros agrarios -solo se solicitan la mitad en Castilla y León- no sirven para cubrir necesidades y reclaman la condonación de deudas durante un año que podría suponer, de media, unos ahorros de hasta 3.000 euros a cada agricultor de cara a la próxima campaña. La reclamación es directa.
