UGAMA denuncia la falta de coherencia, coordinación y decisión en materia medioambiental en la Comunidad de Madrid

Agronews Castilla y León

11 de enero de 2016

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UGAMA se muestra decepcionada tras la primera reunión mantenida con la Dirección General de Medio Ambiente de la Comunidad de Madridel pasado diciembre en la que, por falta de tiempo de la Administración, no se consiguió abordar la Orden del día.

Durante el encuentro, la Unión de Agricultores, ganaderos y Silvicultores de la Comunidad de Madrid, UGAMA denunció los problemas derivados por la convivencia de los buitres con la ganadería extensiva. En este sentido, la medida impuesta por parte de la Comunidad de prohibir dejar ningún cadáver en el campo, ha hecho cambiar los hábitos de este carroñero atacando a animales vivos, en especial cuando se producen los partos, llegando a veces a provocar la muerte de la madre y el ternero. Esta organización agraria ha propuesto que, al igual que han hecho otras Comunidades en determinadas zonas, se pueda volver a abandonar los cadáveres en el campo con el fin de reestablecer el equilibrio, sin ningún coste económico para el ganadero.

Otro de los temas tratados durante la reunión, fue la problemática surgida por la superpoblación de la cabra montesa en la región, que está llegando a una densidad muy alta que hace muy complicado su manejo, superando todas las recomendaciones, alcanzando los 47 individuos por kilómetro cuadrado cuando las recomendaciones sugieren un máximo de 10 individuos por kilómetro cuadrado. Este hecho está afectando a la vegetación de la zona, viéndose gravemente amenazada su sostenibilidad. Según investigaciones de la Universidad Politécnica de Madrid, la presencia de la cabra montesa, debiera rondar los 1.500 ejemplares, frente a los más de 5.000 que hay en la actualidad, por lo que UGAMA ha reclamado una solución urgente para frenar las consecuencias, tanto medioambientales como sanitarias, que puede traer a medio plazo dada la alta concentración de estos animales que repercute en los contagios. Asimismo, la organizción agraria puso sobre la mesa la necesidad de llevar a cabo un control sobre la sanidad animal y solicitó la realización de un informe en el que se refleje el resultado de las pruebas obligatorias que tienen que efectuar los territorios en aplicación del protocolo del Programa Nacional de Erradicación de Tuberculosis en fauna salvaje, actualmente inexistentes.

Por último, se planteó el problema que, desde hace cuatro años, ha supuesto la negación sistemática a la autorización de la quema de rastrojos en los campos de cereal. Esta práctica tradicional controlada es la que permite eliminar plagas como la araña roja, al tiempo que supone un alto ahorro de trabajo y costes para los agricultores, sobre todo en carburantes y fitosanitarios; dos de los insumos recomendables a reducir en su uso para garantizar unos cultivos sanos dentro de una agricultura sostenible y en armonía con el medio ambiente.



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