“Tengo 60 años, llevo toda la vida en esto, nadie me recoge la leche, ahora ¿qué hago?”

Agronews Castilla y León

6 de diciembre de 2017

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Andrés Castañeda y Raquel Álvarez ponen nombre a una historia que, lamentablemente, es la de muchos. Durante toda la vida han sido ganaderos de ovino de leche con una explotación que llegó a sumar más de 800 cabezas, ahora apenas superan las 300 y, desde abril, se encuentran con un problema de difícil solución, no hay comprador para la leche que producen sus ovejas. La empresa que durante años se la ha recogido, dejó de hacerlo y, a pesar de haber llamado a muchas puertas, de momento, no han encontrado la que les dé un 'sí' por respuesta. El sentimiento lo resume Andrés en una frase: “tengo 60 años, llevo toda la vida en esto, nadie me recoge la leche, ahora ¿qué hago?. Hay que pagar la hipoteca, las inversiones que hemos hecho en la explotación, nos quedaban pocas letras de la nueva sala de ordeño, ¿con qué pagamos ahora?”.

Hasta el año pasado, explica, tenían contratos que renovaban de año en año, pero después “los pasaron de mes en mes” y, antes de que finalizase el último, un burofax le informó de que la empresa dejaba de recoger la leche de su explotación. En esa comunicación, recuerda, “la excusa es que dio positivo en bacteriología y la Junta de Castilla y León me pidió que solucionase el problema en tres meses, pero al día siguiente el quesero dejó de recoger la leche”.

[[{«fid»:»37231″,»view_mode»:»media_original»,»type»:»media»,»attributes»:{«height»:960,»width»:720,»style»:»width: 450px; height: 600px; border-width: 5px; border-style: solid; margin: 5px; float: left;»,»class»:»media-element file-media-original»}}]]Un positivo en bacteriología, explica, que puede venir “porque la leche tarda en enfriarse” desde que es ordeñada hasta que llega al tanque. Un problema que ya había tenido con anterioridad y que le llevó a hacer una reforma en su explotación. Entonces, tras esa obra, recuerda “el lechero seguía detectando bacteriología en la leche”, recurrió “al inspector que tomó muestras y daban perfecto”. En este caso, debido a la sequía, expone, “el ganado estaba tardío, el lechero recogía 50 litros cada dos días y no le era rentable”.

El precio de la leche

Raquel tiene todos los datos bien apuntados, en marzo de este año, el último mes en el que vendieron su leche recibieron 66 céntimos de euro por cada kilo de extracto quesero. Un descenso importante respecto a años anterior, en 2015 recibían 91,40 céntimos y un año después, en 2016 se la pagaron a 84, 81 y 91 céntimos, una bajada de más del 34%. Andrés se lamenta de la época en la que se dejó de recoger la leche porque “mayo y junio son los mejores meses, habría sido una buena campaña, en la que las ovejas podrían haber producido más de 3.000 litros al mes”.

El problema de la sequía

Andrés se recuerda siempre rodeado de ganado, su abuelo ya tenía ovejas y su padre fue siempre pastor, su explotación se ubica en un pueblo abandonado llamado Farballes, muy cerca de Valdevimbre, donde el color que reina este año es el marrón, provocado por la falta de agua y la sequía que padece la provincia de León. Sus ovejas pastan el campo de Farballes y de Valdevimbre, en un año normal, “ahora estarían comiendo como glotonas, pero este año no hay ni grillos, ni saltamontes, ni nada, en los terrenos que están en adil (sin cultivar)”.

Cuando le preguntamos si se plantean cambiar su explotación para dedicarla a la producción de carne, suspira y asegura que “si el agricultor no recoge, el ganadero menos”, la falta de alimento en los pastos en los que se alimentan sus ovejas tiene consecuencias que se traducen en cifras: “un año normal tendría que tener más de 100 paridas, este año solo hay 10”. Y el problema no es solo suyo, una explotación vecina, con más de 800 cabezas, apenas está produciendo lechazos. “Si el ganado no come, no produce”.

En cualquier caso, con los lechazos el problema de precios se repite, “los llevamos al matadero, cobramos lo que ellos quieran y cuándo ellos quieran”. En los mataderos, además, “se ven muchos lechazos que no son de España”. Una situación que ha puesto de manifiesto, en los últimos días, la Alianza UPA-COAG (https://www.agronewscastillayleon.com/la-alianza-upa-coag-advierte-sobre-la-escasez-de-lechazos-castellanos-por-la-falta-de-parideras)

Lo que dicen las estadísticas

Según los datos de la Junta de Castilla y León, en el anuario de 'Estadística agraria de 2015' (el último disponible), en 2015 en la provincia de León había 450.494 cabezas de ganado, muy lejos de las más de 621.000 que llegó a haber en 2007. De esas 450.494, 181.376 eran de ordeño.



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