Un nutrido grupo de expertos e investigadores de varias comunidades autónomas se han reunido en Brihuega (Guadalajara) para analizar la situación del sector de acuicultura ecológica, en un taller estatal organizado por la Sociedad Estatal de Agricultura Ecológica (SEAE) en la que se ha puesto de maniesfiesto que esta producción de peces es una ganadería para diversificar y hacer más sostenible la producción de este tipo de alimentos.
En España existe producción de trucha, esturión, dorada, lubina y caviar ecológicos, en Andalucía, Canarias, Castilla-La Mancha, Galicia, La Rioja, Murcia y Navarra. Tambien existen iniciativas para la conversión en la Comunidad Valenciana y experiencias de pesca sostenible en Extremadura. Algunas de ellas combinan la producción con turismo rural como ocurre en Rio frio (Granada) y el propio Brihuega.
La acuicultura ecológica, cuenta con un Reglamento a nivel de la Unión Europea en vigor desde el año 2009, bastante restrictivo. Entre las demandas expresadas durante el encuentro se pidió un periodo mayor de adaptación al mismo por ser una actividad nueva y la necesidad de establecer políticas que apoyen su desarrollo. En este sentido se pidió incluir ayudas a la producción similares a las del sector convencional y en la medida de Agricultura Ecológica, del segundo pilar de la PAC, ahora que se están debatiendo los Programas de Desarrollo Rural (PDR).
Otra de la demanda expresada en el taller es que este tipo de actividad pase a depender de Agricultura y no de Medio Ambiente como sucede en la actualidad tanto a nivel estatal como autonómico.
Las principales virtudes que ofrece la acuicultura ecológica, ya sea marina o continental, es que contribuye a prevenir la contaminación de las aguas, mantiene la biodiversidad de las especies utilizadas y genera beneficios ambientales indirectos gracias a las especiales condiciones de las instalaciones y materiales de las granjas. Además, al integrarse en la cadena alimentaria mediante el uso de piensos de producción ecológica, aporta garantías a la seguridad alimentaria. Además, ofrece un importante potencia si aprovecha las instalaciones piscícolas abandonadas, baste el ejemplo de que en la provincia de Guadalajara existen más de 40.
