Detrás del término 'crisis del sector lácteo' hay miles de ganaderos a los que no les salen las cuentas, han hecho importantes inversiones para mejorar su producción y ser más competitivos y ahora se encuentran con que el mercado lejos de responder a esa mejora con precios más elevados por una mejor leche, la tendencia es la contraria. Pronto se cumplirá un año desde la desaparición del sistema de cuotas lácteas que regulaba el mercado en la Unión Europea, esa liberalización se 'vendió' como una oportunidad para producir sin límites, pero la realidad, como ya vaticinaban los peores augurios, es que el precio de leche no ha dejado de bajar y con él las pérdidas de los ganaderos.
Uno de ellos es Pedro Cañón, tiene una explotación en Villafalé (León), donde junto con su hermano ordeña en torno a un centenar de vacas, asegura que se siente un “privilegiado” porque le pagan la leche a 30 céntimos el litro (cuando las organizaciones agrarias han cifrado el precio mínimo para poder cubrir los costes de producción en 34 céntimos) y, aunque a final de mes no les “queda nada”, al menos “no pierden”. Es consciente de que cobran la leche un poco más que la media, pero 30 céntimos “tampoco es una bicoca”.
Los hermanos Cañón heredaron la explotación de sus padres, ampliaron las instalaciones y mejoraron la raza pero a la hora de recibir los pagos por el producto, la realidad es dura, “mi padre recuerda cobrar la leche a más de 50 pesetas hace 25 años”, explica, “es decir, los 30 céntimos ya los cobraba mi padre hace muchos años”. Algo que considera “muy triste” porque, desde que hace 15 años se hicieron cargo del negocio familiar, “no han dejado de invertir, mejorar la genética, la alimentación, el manejo, etc. con el objetivo de conseguir más litros de leche por cada animal porque el margen, cada vez, es menor, pero todo tiene un límite, las vacas son seres vivos y no se les puede exprimir más”.
En su caso, el coste de alimentación por cada animal ronda entre los 5 y los 6 euros y producen más de 30 litros por vaca, que cobran a 30 céntimos, “ a eso hay que sumar costes de amortizaciones, combustibles, energía eléctrica y gastos de seguridad social”, al final “no nos queda nada para nosotros”.
Sin embargo, la situación de Pedro, reconoce, “es particular porque no tiene grandes inversiones recién hechas o previstas” y eso les permite gozar de “un poco de descanso”, pero “la mayoría de granjas son de gente joven que está hasta el cuello de deudas, que han hecho un esfuerzo tremendo para comprar una cuota que, en algunos casos, aún están pagando y no les sirve ya para nada”, por ello califica estas cuotas como la “mayor estafa” del sector.
León, condiciones excepcionales para producir leche
Los hermanos Cañón tienen su explotación en la localidad leonesa de Villafalé, en una provincia, asegura Pedro -que también es vicepresidente de Asaja León- con “unas cualidades excepcionales para producir leche, estamos en una zona privilegiada, el clima es bueno y la situación para la agricultura para la ganadería es muy buena, hay abundancia de maíz, cereales, alfalfa”, en definitiva, “es un situación privilegiada para que las granjas sean productivas y rentables, con un poco más de precio”. Por ello pide que la cadena de valor haga “un esfuerzo para que todos podamos vivir de esto”.
El hecho de que el Gobierno central haya admitido el fracaso de las medidas de la UE, cree que es un primer paso, “reconocer que hay un problema para intentar solucionarlo”, aunque esa solución no es sencilla, ¿reducir el precio de intervención?, podría ayudar, pero por sí solo, afirma, tampoco terminará con la crisis del sector lác
