Sin agua, no hay fracking. El conglomerado agrario le pide a la Confederación Hidrográfica del Duero que, siguiendo el principio de precaución, cumpla con su función de preservar el agua y su calidad.
El fracking busca la menor dependencia de recursos energéticos externos, algo que no acepta la Asamblea. El problema energético que arrastra no sólo España, sino todo el planeta, no se solucionará con la fractura hidráulica, afirman desde el movimiento. “No terminamos de entender que ni comemos ni bebemos el dinero”, asegura Romy Mozas, miembro activo del movimiento.
60 municipios dicen no al fracking
Villarcayo ha sido el último municipio en aprobar la moción por la que se declaran Territorio Libre de Fracking. La decisión de la alcaldesa, Mercedes Alzola, tardó demasiado en llegar, pero, finalmente, la fuerte presión de los vecinos hizo que en vísperas de las elecciones europeas, aprobase la moción propuesta.
Preocupados porque se puedan estar anteponiendo los intereses económicos a los humanos, la unión contra el fracking ha asegurado que “no podemos permitir que el agua y la tierra en la que vivimos, trabajamos y en la que crecen nuestros hijos sea contaminada”.
Las organizaciones agrarias enviarán en las próximas fechas un escrito a las empresas del sector para que se impliquen en la lucha contra la fractura hidráulica. Grandes empresas internacionales como Rabobank o Heineken ya han mostrado su firme oposición a mantener ningún tipo de relación con nada que tenga que ver con esta práctica.
I. del Álamo – www.burgosconecta.es