«La roya amarilla en el trigo»

Agronews Castilla y León

22 de noviembre de 2014

roya

La roya amarilla, causada por el hongo Pucciniastriiformisf. sp, puede afectar a trigo, cebada y triticale. Pero ataca principalmente al trigo.

Las variedades de trigo presentan diferente reacción de resistencia, dependiendo de la raza de la roya amarila causante del ataque.

Actualmente hay una nueva raza (Warrior/Ambition) y muchas variedades comerciales de trigo no presentan genes de resistencia útiles. Por tanto, las soluciones pasan por medidas preventivas y por el control químico cuando se observen los primeros ataques.

CICLO DEL HONGO

La infección primaria se produce en otoño, por esporas arrastradas por el viento.

A partir de finales de invierno, la enfermedad se multiplica en ciclos asexuales sucesivos, apareciendo en las hojas del cereal pústulas, que producen esporas que dispersan la enfermedad, infectando nuevas plantas y expandiéndola a otras parcelas, incluso a grandes distancias si existen vientos favorables.

El riesgo aumenta con inviernos suaves y primaveras frescas y lluviosas.

En condiciones óptimas (10/15ºC y agua sobre las hojas), el ciclo de la enfermedad puede completarse en apenas 7 días, sucediéndose unos ciclos infectivos a otros, confiriendo una alta agresividad y daños potenciales a esta dañina patología.

SÍNTOMAS Y DAÑOS

En las parcelas suele aparecer al principio pequeños rodales de aspecto clorótico y amarillento.

Esos primeros focos aumentan y se multiplican, diseminando la roya de forma rápida a todo el resto de la parcela.

En el inicio de la infección, aparecen unas pequeñas pústulas amarillentas alineadas en el sentido de las nervaduras foliares. Las pústulas se multiplican hasta ocupar toda la hoja, ofreciendo esta un aspecto estriado.

Las pústulas se tornan anaranjadas y liberan un polvillo naranjo-amarillento.

Si las condiciones persisten, puede llegar a afectar a la espiga, apreciándose pústulas sobre las glumas.

Los ataques de esta enfermedad presentan gran importancia, puesto que pueden suponer una merma significativa del rendimiento.

Básicamente las pérdidas se producen por la aparición de zonas necróticas en las hojas, que pueden llegar a secarse por completo, lo cual provoca una disminución de la capacidad fotosintética de la planta y una reducción en la migración de los nutrientes hacia el grano.

La reducción en el rendimiento puede superar el 50%.

MÉTODOS DE LUCHA

Medidas preventivas:

Al proceder el inóculo primario normalmente de terrenos distantes arrastrado por el viento, las prácticas relativas a uso de semilla sana o tratada, gestión deresiduos de la cosecha anterior, laboreo, reducción de la densidad de plantas,buena gestión de la fertilización o sistemasde rotación que rompan el ciclo dela enfermedad, no siempre resultan demasiado efectivas.

Sin duda, el método más exitoso en la lucha contra esta enfermedad, se basa en el empleo de variedades resistentes.

Control químico:

Debido a la rapidez con que la enfermedad se puede extender, es fundamental anticiparse y tratar ante la aparición de los primeros síntomas, intentando mantener sanas las dos últimas hojas desarrolladas y, en su caso, la espiga. Se debe tener en cuenta, que la roya amarilla implica una vigilancia en épocas anteriores, a las que habitualmente se está atento por otras enfermedades foliares.

Los momentos de tratamiento son desde el estado de un nudo hasta el espigado, no siendo recomendable tratar con posterioridad al estado de grano lechoso.

Fuente: Agropal



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