La crisis de Abengoa provoca los primeros despidos en la planta de bioetanol en la localidad salmantina de Babilafuente

Agronews Castilla y León

15 de diciembre de 2015

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La crisis de gestión en el grupo Abengoa ha provocado los primeros despidos en las plantas de bioetanol y biomasa de Babilafuente, según ha avanzado el sindicado Comisiones Obreras.

El temor a que se disparen los despidos es latente entre los empleados de la fábrica y ya se están produciendo las primeras asambleas.

Un grupo de 60 trabajadores ha mantenido un encuentro en la sede de CCOO en Salamanca para analizar el futuro y adoptar las primeras medidas.

La preocupación y el temor es grande ante la grave situación económica por la que atraviesa Abengoa, que intenta renegociar con la banca su deuda para poder subsistir.

Los nueve trabajadores despedidos entre el pasado viernes y este lunes pertenecen a las empresas de Abnt y Aresearch, que operan en el complejo que Abengoa tiene en Babilafuente, según ha denunciado CCOO.

La empresa esgrime pérdidas de 194 millones de euros como argumento en los despidos, lo que hace temer que en las próximas fechas se produzcan muchos más.

Primeros despidos en todo el mundo

En sus filiales de México y Brasil –de los 30.000 trabajadores que tiene Abengoa en plantilla, cerca de 24.000 están repartidos entre sus distintos negocios en el extranjero-, ya comenzaron las salidas forzosas en los últimos días. En principio, afectan fundamentalmente a contratos temporales pero también ha habido empleados fijos entre los afectados.

En España los despidos comenzaron el viernes, aunque por ahora ha sido de forma escalonada para no tener que formalizar un expediente de regulación de empleo (ERE). Fuentes sindicales confirmaron estos hechos y señalaron que esperan que desde la compañía les clarifiquen en breve sus planes al respecto.

La banca tiene comprometidos 20.264 millones de euros en Abengoa, de los cuales 8.800 millones corresponden a créditos directos. Por eso se encuentra en una encrucijada: no puede dejar caer al grupo, al menos a corto plazo, pero tampoco puede comprometer muchos más fondos. De hecho, en las últimas tres semanas ha dejado de ingresar 165 millones al no poder reconvertir varios préstamos que tenía en forma de activo circulante.

Según fuentes del sector financiero, el referido G7 terminará poniendo buena parte de los 100 millones que se precisan antes del 31 de diciembre salvo que llegue la aportación de los fondos. El problema añadido son los plazos. Las entidades no quieren firmar nada hasta principios de 2016 para que no se vean afectadas sus buenas cuentas del presente ejercicio -tendrían que provisionar entre el 20% y el 25% de los nuevos riesgos financieros que asuman- y luego sufrirlo con caídas en la Bolsa.

Lo ideal sería llegar a finales de marzo con un acuerdo para evitar el concurso de acreedores, circunstancia que les obligaría a provisionar el 100% de la deuda pendiente de pago. Pero peor sería caer en la quiebra antes de ese plazo, puesto que está previsto que en el segundo trimestre de 2016 entre en vigor la nueva regulación del sector financiero que les permitirá repartir el impacto de esa carga a lo largo de tres años en vez de los 12 meses actuales.

www.salamancartvaldia.es



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