La publicación mensual de ACOR ha publicado un interesante artículo sobre la influencia de la siembra y la recogida de la remolacha en la producción de azúcar.
El servicio agronómico de esta cooperativa lleva desde la campaña 2007 / 2008 realizando distintos ensayos con siembras y recogidas en distintas fechas. Las primeras iniciándolas el 1 de marzo de cada campaña para, cada quice días como periodo, finalizar el 15 de mayo; mientras que las segundas, siguiendo la misma dinámica se comenzarían el 15 de octubre para darse por concluidas el 15 de diciembre.
Como principales conclusiones de este informe y teniendo en cuenta que se centra en los cultivadores que entregan en torno a la azucarera de Olmedo se puede decir que para estos profesionales el mejor periodo de siembras, de cara a obtener unos óptimos resultados, se centra entre mediados de marzo y abril, aunque siempre se debería tener en cuanta la zona en las que se asiente la explotación, pues de esta manera el arranque se puede llevar a cabo en los primeros quince días del mes de noviembre y todo diciembre, pues el aumento de producción que la planta tiene desde el momento que llega a su potencial productivo no compensa los riesgos que asume el agricultor retrasando los arranques: las dificultades para realizar esa labor por las lluvias, problemas en el transporte de la raíz,el «hipotecar» la rotación del año siguiente…
Por otra parte, y por lo que se refiere a la riqueza de la remolacha, la primera evidencia que se puede sacar de este estudio es que la riqueza se va incrementando de forma constante con el paso de las semanas desde el primer arranque pero ese ascenso de la `polaridad no supera más que en un 8% los datos iniciales, lo que quiere decir que una polarización del 17% en octubre en diciembre se elevaría hasta el 18,4%.
