La construcción de la mina de Uranio que la empresa Berkley quiere llevar a cabo en la localidad de Retortillo en Salamanca no solo preocupa a las organizaciones que temen el efecto que pueda tener sobre el Medio Ambiente sino, también, al sector primario. Un centenar de productores que forman parte de la plataforma “Ganaderos No a la Mina” ha convocado una manifestación para el próximo sábado con el objetivo de dejar patente su opinión contra esta construcción.
Según denuncian, el sector ganadero es el gran perjudicado de la situación y este era el momento en el que debían hacer patente su hartazgo: “Es la zona con mayor densidad ganadera de toda Europa y aunque no todo el mundo tiene la misma sensibilidad respecto al tema, pero cuando vemos que se puede llevar por delante todo lo que hemos conseguido en décadas en nuestras tierras nos da miedo” asegura Matías Mayordomo en declaraciones a Agronews.
Efectos sobre la salud y la calidad
Temen además que los problemas que provocan en la sanidad animal de la zona acaben dando al traste con sus explotaciones, máxime si se trata de un asunto de salud pública: “Las cuencas mineras tienen por restaurar aún el impacto sobre el Medio Ambiente y aunque digan que los residuos no son dañinos, ya tienen que meterlos en barriles y echarles tierra y arcilla ¿Quién nos dice que en unos años no vaya a salir fuera algo más de lo que se expulse en el proceso de extracción?” se pregunta.
No entienden que no se les haya consultado con anterioridad su opinión, que Berkley no quiera saber del impacto en el sector primario y que lleven a cabo lo que consideran “una colonización de nuestras tierras” que acabará con “un expolio” del terreno. Sin contar con el efecto sobre la salud humana: “Los efectos sobre el cáncer tant de gente joven como mayor están hechos, nosotros no los hemos encargado, nos dicen la incidencia que hay a 5, 10 o 15 kilómetros, tenemos que ir a otra forma de convivencia que no nos afecte”.
El centenar de ganaderos, que constituyó la plataforma en el mes de septiembre, ha logrado a las tres OPAs de acuerdo para acudir a esta movilización, que está respaldada además por cerca de 40 ayuntamientos de la zona, y conseguir así que surta el éxito esperado. Y sobre todo, tome conciencia sobre el cambio que auguran podría tener sobre la zona en los próximos años: “La Ley de Minas está obsoleta y solo dicta que el patrimonio está en la superficie, no tenemos derecho a decidir sobre lo que se extrae a dos centímetros bajo tierra”.
Una situación que, de seguir así, dejaría un panorama desolador para las generaciones futuras: “Ha habido gente que no ha accedido a venderles y se echan a llorar por si finalmente se lo expropian, otros porque se preguntan quién les va a comprar la carne y esto no puede seguir así; ya estamos en el siglo XXI y debemos ser los verdaderos artífices del desarrollo de nuestra comarca” zanja.
