Galicia invertirá 22 millones de euros en concentraciones parcelaria en 2016, la mayor partida de los últimos siete años

Agronews Castilla y León

3 de marzo de 2016

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El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, avanzó hoy, 3 de marzo, en la rueda de prensa del Consejo, una aportación de 22 millones de euros en 2016, la mayor inversión en los últimos siete años, para impulsar la concentración parcelaria. “Seguimos avanzando y, aprovechando la mejora de la situación económica, hoy aprobamos que en 2016 se haga la mayor inversión de los últimos siete años para impulsar la concentración parcelaria: 22 millones de euros. Multiplicamos por tres la inversión dedicada a concentración parcelaria y pasamos de un promedio de ocho millones anuales a 22 millones en 2016”, dijo.

En un primero término, Feijóo aseguró que con esta inversión se terminarán las 137 zonas activas y se empezará a trabajar en las zonas prioritarias campo-grandeiras. “Y los criterios de priorización –precisó- son las zonas con importancia hortícola, vinícola y forestal”.

Asimismo, explicó que las 137 zonas supone actuar en cerca de 120.000 hectáreas, en casi un millón de parcelas y beneficiar a 100.000 propietarios.

Después de precisar que dentro de cuatro años estarán finalizadas administrativamente prácticamente todas las concentraciones parcelarias que se iniciaron en Galicia, el responsable del Gobierno gallego destacó que la orden de prioridad para decidir las actuaciones será la siguiente: aquellas que favorezcan el final de procesos de reestructuración parcelaria que estaban a punto de finalizar definitiva; las que propicien el avance de los procesos de reestructuración que tengan un incidente económico importante; y los trabajos previos al decreto de utilidad pública de nuevas zonas de reestructuración parcelaria.

Feijóo recordó que el proceso de concentración y ordenación de la estructura agrícola tiene cinco objetivos principales: “Mejorar la rentabilidad de la actividad productiva; facilitar que los predios abandonados o que no formen parte de explotaciones puedan movilizarse para uso agrario; minimizar los efectos que puedan tener las grandes obras públicas o explotaciones de cotos mineros; potenciar la conservación de las zonas de mayor interés ambiental; y reducir las emisiones que se derivan de los largos desplazamientos por las explotaciones dispersas”.



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