La medida aprobada por la dirección de la cooperativa holandesa, Friesland Campina, en octubre de 2017, de activar un «parón» en la recogida de la leche que exceda las producciones contratadas por sus socios parece que se va a activar antes de los previsto ante el repunte de la producción que se espera para la primavera de 2018.
Fuentes de la citada entidad aseguran que su gran objetivo es mantener los valores actuales de remuneración del precio de la leche, para lo que es necesario que exista un equilibrio entre la leche entregada, la capacidad de procesamiento de las fábricas y la demanda de productos del mercado mundial, para lo que no descartan la posibilidad de poner en marcha, entre el periodo que va del 1 de enero al 30 de junio de 2018, esa negativa a recoger la leche que supere las cuantías contradas, teniendo siempre en cuenta la cifra más alta de los tres periodos de referencia que se le valorarán al ganadero, al que se le advertirá de la situación siempre 14 días antes de que se vaya a producir esa «no recogida».
El citado «parón» se tendrá en cuenta siempre para un periodo máximo de cuatro semanas hasta que la oferta de nuevo se adapte a la capacidad de procesamiento.
Por el contrario, se bonificará a los ganaderos que en ese periodo de «paro» entreguen menos leche con una bonificación de 0,1 euros por litro para un máximo de 10.000 litros por mes,
La principal causa de este previsible aumento de la producción hay que buscarlo en la prohibición de la producción de fosfatos a la cabaña holandesa que provocó una reducción de la producción en 2017 pero que ahora, con la aparición de los derechos «negociables» puede provocar una recuperación de la misma.
