El secretario general de UGT FICA, Pedro Hojas, ha reclamado un Convenio Estatal del Campo que permita, por una parte, proteger a los trabajadores agrarios y, por otra, homogeneizar las condiciones de trabajo en todo el territorio español. Pedro hojas, que intervino ante un nutrido grupo de delegados y delegadas en el acto de apertura de las jornadas del «Grupo de Trabajo y Discusión en el sector Agrario Español», insistió en que «es necesario acabar de una vez por todas con la lacra que supone la economía sumergida y el empleo no declarado en este sector, y para ello es imprescindible la voluntad política por parte de las Administraciones».
Pedro Hojaas abogó por «conseguir unas condiciones salariales homogéneas para todos, independientemente de donde trabajen», y eso solo se consigue «con el acuerdo sobre un salario mínimo sector, en el marco de un convenio estatal del sector del campo». Defendió que «tenemos que ponernos a 1.000 € en el sector del campo», ya que actualmente, «en ninguno de los convenios existentes se alcanza ese nivel de salario». Recalcó que «esto es una injusticia social para miles de familias que viven del campo, y una lacra para el desarrollo rural, y para el desarrollo de nuestros pueblos y de las zonas agrarias».
Lamentó que el empleo en el sector agrario español siga caracterizándose «por su precariedad, inestabilidad y carácter estacional», una situación que no está ligada sólo a las campañas agrícolas, y condicionada por los vaivenes de los factores climatológicos», sino porque «la legislación laboral existente le discrimina frente al empleo en otros sectores».
Aseguró que desde UGT FICA no podemos permitir que los convenios del campo sean incumplidos de manera prácticamente generalizada «, y eso «allí donde los hay, porque no todos los trabajadores están protegidos por un convenio», y que por ello tengan «salarios por debajo de lo estipulado, horas extraordinarias no pagadas, problemas de salud y seguridad, etc». En esta línea, denunció que «no podemos aceptar que el empresario tenga la posibilidad de no declarar a la Seguridad Social el número real de jornadas de trabajo que se realizan», y ello con los efectos que esto supone «en merma de derechos de cara a la prestación por desempleo, la jubilación o cualquier tipo de Incapacidad Laboral», y criticó que en muchos casos «no se cumplen unas condiciones mínimas de habitabilidad, ni que no se tome en consideración el estrés térmico a que se ven sometidos los trabajadores».
Insistió en que «vamos a seguir denunciando ante la Inspección de Trabajo el incumplimiento de los convenios y las deficiencias en la declaración de las jornadas reales de trabajo», aunque reconoció que «esto solo será posible, y así lo vamos a seguir reivindicando, si se aumenta la partida presupuestaria que permita dotar a la Inspección de los medios técnicos y humanos necesarios para llevar a cabo esta función». Por ello, «uno de los ejes centrales de la actuación de UGT FICA en el sector va a seguir siendo la modificación de la normativa, que facilita el incumplimiento y el fraude en cuanto a la declaración de las jornadas de trabajo reales».
El secretario general de UGT FICA rechazó la proliferación de Empresas de Trabajo Temporal y de intermediarios en la contratación, ya que su presencia supone «reducciones en los derechos laborales», recordó que «muchos trabajadores temporeros son extranjeros, colectivo mucho más vulnerable al fraude y la explotación por parte de algunos empresarios, que desprestigian a quienes sí cumplen con las normas».
Con relación a la Política Agraria Común (PAC), Pedro Hojas considero que unos de los graves problemas de la PAC «es que olvida los aspectos sociales y las consecuencias que pueden derivarse en el ámbito del empleo, y con ello en el propio desarrollo rural». Reconoció que el llamado segundo pilar de la PAC » trata de articular una política de la UE a favor del desarrollo rural que cuenta con financiación de distintos fondos comunitarios», pero esto «no es suficiente».
«La solución no es fácil, pero desde UGT FICA vamos a seguir defendiendo una PAC más estable, que de confianza y seguridad a los agricultores», y que «favorezca una agricultura europea más competitiva y sostenible, dotada de los medios adecuados para seguir potenciando el sector primario».
