El topillo campesino, eje de unas jornadas de la Asociación Vallisoletana de Agricultura de Conservacion

Agronews Castilla y León

8 de mayo de 2014

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La Asociación Vallisoletana de Conservación (AVAC) ha organizado hoy, 8 de mayo, unas interesantes jornadas sobre plagas, control de las mismas, umbrales de daños...

La primera de las ponencias ha corrido a cargo de Constantino Caminero, Jefe de Unidad de Cultivos Herbáceos del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACyL) que ha expuesto las medidas que se están tomando para conocer la población de topillo campesino en esta región y tratar de controlarlas dentro de los cauces que se entienden como «normales».

Caminero ha asegurado que todos los informes califican a este roedor como la peor plaga a la que se enfrenta la agricultura de la Unión Europea. En una didáctica y entretenida intervención afirmó que el principal peligro de estos animales no es que coman más o menos (diariamente el 45 – 60 por ciento de su peso en materia verde y un 4-5 por ciento de grano), destacando que el umbral de daño que producen depende del tipo de cultivo al que ataquen y en la que se produce este.

Una proyección teórica pone de manifiesto este hecho, teórica se encargó de recalcar Caminero, nunca pasa, reiteró. De una sola hembra, en seis generaciones, en un año más o menos pueden aparecer 14.000 ejemplares.

Ante este potencial lo básico es la vigilancia, en estos momentos y dada la situación de alerta que existe se están controlando cerca de 1.300 municipios de Castilla y León. En un momento de normalidad se han creado 25 zonas de control actuándose en unos 150-175 municipios.

Ese operativo actúa, sobre todo, en cuatro zonas, evidentemente, los cultivos, las alfalfas, las praderas y perdidos, y, sobre todo, cunetas, reservorios, linderas, arroyos.

El técnico de la Consejería de Agricultura y Ganadería destacó que es vital la labor de los agricultores, avisando a los primeros indicios a su Junta Agropecuaria Local para que esta lo haga a la Administración Regional.

Medidas preventivas como maximizar el porcentaje de superficie sin cubierta vegetal, remover la tierra en profundidad (en el caso de la siembra directa el paso de un chisel, de un descompactador…) el paso somero de una grada o rastra por las alfalfas, incrementar los cortes de estas o dejarlas muy cortas en la última y lo más cercana al invierno, retrasar las siembras lo máximo que permita la variedad y el cultivo, quitar los tubos, establecer franjas limpias en los bordes de las parcelas…son fundamentales.

Destacó también la importancia de la limpieza de las cunetas realizadas por las motoniveladoras que lograr importantes reducciones de las poblaciones siempre y cuando el agricultor colabore con su labor y elimine los montones que se forman junto al cultivo que pueden ser el hábitat ideal para los roedores. Igualmente la quema controlada de las cunetas ha lofra reducir en más de un 60 por ciento el número de topillos, pero es necesario tener en cuenta que se deben realizar respetando los plazos y las formas que exige la normativa vigente.

En cuanto al uso de rodenticidas, señaló que estos son absolutamente legales siguiendo las instrucciones adecuadas, algo que se ha hecho hasta la fecha con mucha profesionalidad por los agricultores de tal forma que no existe ni una multa. En relación a las cantidades Caminero aseguró que se deben aplicar 50 gramos cada 20 metros cuadrados y siempre dentro de la hura.

Para finalizar expuso la labor que se está realizando en cuanto a control biológico de estas poblaciones con cernícalos y lechuzas.

A esta intervención siguió la de Patricia Gil, del Laboratorio de Sanidad Vegetal de Servicio territorial de Agricultura de Segovia sobre técnicas de monitoreo de plagas y umbrales económicos de daños y otra de Miguel Rodriguez, técnico de la asociación forestal de Valladolid (ASFOVA) sobre el control biológico de la procesionaria del pino



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