El PP pide a la Comisión Europea que transforme en estructurales las medidas de apoyo a frutas y verduras para aliviar la incertidumbre que el veto ruso provoca en los agricultores

Agronews Castilla y León

16 de noviembre de 2017

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El Vicepresidente del Parlamento Europeo y eurodiputado del PP, Ramón Luis Valcárcel, solicitó ayer al Comisario europeo de Agricultura, Phil Hogan, “transformar las medidas excepcionales de ayuda a las frutas y verduras afectadas por el veto ruso en medidas estructurales”, puesto que “un marco más estable de ayudas contribuiría a aliviar la incertidumbre de los agricultores”.

En un debate sobre los efectos del veto ruso en el sector europeo de frutas y verduras, celebrado anoche en el Pleno de la Eurocámara a propuesta del propio Valcárcel, éste pidió “ser realistas” y reconocer que “el Kremlin no tiene prisa por levantar el embargo”.

Como explicó, “es un hecho que el embargo nos está haciendo daño, a la vez que ha generado un boom en la producción rusa”.

Por tanto, insistió en que “debemos pensar en la mejor forma de hacerle frente en el medio plazo”. “Si sabemos que el veto ruso ‘va para largo’ -y lo sabemos-, ¿por qué no protegernos mejor contra él?”, reflexionó Valcárcel.

También recordó al Comisario Hogan que “la situación es insostenible”, relatando cómo “cada año, desde hace tres, la Comisión anuncia la prórroga de ayudas; y cada año, desde hace tres, nuestros agricultores esperan, con el corazón en un puño, a conocer si los cupos y precios de retirada cubrirán o no sus necesidades”.

El político murciano fue tajante: “No podemos permitir que nuestros productores sean rehenes del tacticismo de Rusia. Los agricultores demandan soluciones para poner fin a la incertidumbre, y nosotros debemos dárselas”.

Valcárcel se puso a disposición de Hogan para “estudiar qué medidas se pueden implementar para evitar tener que aprobar paquetes excepcionales año tras año”, y le pidió que trate este asunto “como prioritario”.

Le agradeció, en todo caso, su participación en el debate, asegurando que “en tierras como la mía es muy difícil explicar que productos de alta calidad tengan que echarse a perder por motivos de índole geopolítico”.

También valoró positivamente “los esfuerzos que viene realizando la Comisión para abrir nuevos mercados, así como sus labores de promoción de los productos europeos para facilitar su entrada a ellos”.

En este sentido, Valcárcel pidió “seguir trabajando en esta dirección, en especial de cara a penetrar en mercados que puedan suplir al ruso, de manera que surjan oportunidades para los productos afectados por éste”.

Por su parte, la eurodiputada y portavoz de Agricultura del PP en el Parlamento Europeo, Esther Herranz, recordó que “han pasado más de 3 años desde el inicio del veto ruso a los productos agrícolas de la UE” y que ya se han destinado más de 440 millones de euros en ayudas a los productores afectados hasta abril de este año”.

“Dado que el veto ha sido prolongado hasta el 31 de diciembre de 2018 y Rusia planea el autoabastecimiento agroalimentario como un objetivo para 2020, los productores europeos esperan poder seguir contando con las medidas de apoyo para paliar los efectos del cierre”, añadió la eurodiputada riojana, que pidió a la Comisión Europea que “reconsidere su intención de poner fin a las ayudas en junio del próximo año”.

“De esta experiencia con Rusia hemos de sacar una clara lección: La necesidad de diversificar nuestros mercados. Le pido, por ello, al Ejecutivo comunitario que promueva acuerdos comerciales con terceros países e intensifique las campañas de promoción de los productos más afectados por el boqueo ruso”, dijo también Herranz.

“Si conseguimos mejorar nuestra presencia en el exterior, no tendremos que lamentarnos en el futuro por cualquier nueva acción unilateral de países terceros contra nuestras exportaciones”, explicó.

En cualquier caso, la eurodiputada popular advirtió que “los acuerdos comerciales deben ser equilibrados a la hora de desmantelar barreras arancelarias y no arancelarias velando por evitar una competencia desleal de productos importados procedentes de países terceros que no cuenten con los mismos estándares de calidad y seguridad alimentaria que la UE”.



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