«El mercado mundial de alimentos lácteos. Grandes competidores y grandes oportunidades para los ganaderos españoles» Cayetana Santaolalla

Agronews Castilla y León

24 de enero de 2016

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El lácteo es uno de los sectores más distorsionados del mundo. Los países desarrollados (EEUU, Canadá, Australia y Europa) conceden subvenciones y ayudas para su producción, lo [[{«fid»:»25413″,»view_mode»:»media_original»,»type»:»media»,»attributes»:{«height»:3632,»width»:5456,»style»:»width: 250px; height: 166px; border-width: 6px; border-style: solid; margin: 6px; float: right;»,»alt»:»Cayetana Santaolalla Montoya»,»title»:»Cayetana Santaolalla Montoya»,»class»:»media-element file-media-original»}}]]que hace que se generen excedentes. Estos mismos países pagan subsidios a la exportación para colocar sus excedentes en otros países, alguno de ellos productores de leche. Todos los países productores de leche, desarrollados o en desarrollo, aprueban aranceles u obstáculos técnicos al comercio (OTC) para intentar protegerse de una potencial competencia desleal. Los productos lácteos son, de todos los productos agrícolas, aquellos que tienen mayor protección arancelaria lo que dificulta comerciar libremente con ellos

Para Oxfam Internacional, nuestro sistema europeo de protección al sector lechero devasta la subsistencia de Kenia, la República Dominicana y Jamaica porque, a pesar de ser productores de leche, acaban importando los productos lácteos subvencionados de la UE que resultan más baratos en su mercado que los suyos propios. Esto hace que su pobreza aumente porque malvenden su producción para acabar gastando más en su cesta de la compra. En estos momentos, los precios mundiales de los lácteos son artificialmente bajos, en concreto cuando hablamos de la leche en polvo porque es un producto deshidratado que presenta facilidades de almacenaje y logística en general. Esto está provocando efectos negativos en países en desarrollo, productores de leche, que tienen que competir en sus mercados locales con la leche deshidratada de importación. Es el caso de Bangladesh, Jamaica, India, Perú, Senegal, Tanzania y Tailandia. Cualquier ayuda a la producción o a la exportación de los productos agrarios provoca distorsiones en los mercados mundiales. Beneficia a unos en perjuicio de otros.

Las ayudas de la PAC han aumentado la brecha entre los países ricos y los pobres. Otros países también han protegido a su sector agrícola durante décadas. Es el caso de EEUU con su Ley Agraria (Farm Bill) y Canadá a través de su monopolio exportador. Por qué unos países cuentan con ayudas a la producción agrícola y otros no. Estas ayudas, a pesar de distorsionar gravemente los mercados mundiales, están permitidas por la Organización Mundial del Comercio (OMC). Para competir en condiciones de igualdad, estas ayudas deberían erradicarse por completo y sin excepción.

Al hablar del mercado global de los productos lácteos, no solo hablamos de la leche líquida, sino también de la leche en polvo, la nata, los sueros, las mantequillas y otras materias grasas, la lactosa y el jarabe de lactosa, la mazada y el kéfir, los preparados utilizados en la alimentación animal y los productos con alto valor añadido como son los quesos, el requesón y los yogures.

La leche líquida es un producto voluminoso y pesado. El almacenamiento y el transporte resultan costosos porque si no se realiza adecuadamente, se pierde en 24-48 horas. Debido a estos factores, solo el 7% de la producción mundial de la leche líquida se comercializa internacionalmente, sin contar el comercio interno de la UE. Desde 1990, las exportaciones desde países que reciben subvenciones se han disparado hacia aquellos países que no tienen subvención. Los países desarrollados representan el 62% de las importaciones mundiales de leche y el 93% de las exportaciones. En los países desarrollados, la producción está disminuyendo pero está aumentando su productividad (menos vacas, más litros de leche), mientras que en los países en desarrollo la producción está aumentando porque crece el número de vacas. En estos datos se observa la inversión en innovación y en tecnología.

[[{«fid»:»19310″,»view_mode»:»media_original»,»type»:»media»,»attributes»:{«height»:427,»width»:640,»style»:»width: 450px; height: 300px; border-width: 6px; border-style: solid; margin: 6px; float: left;»,»class»:»media-element file-media-original»}}]]Los expertos afirman que la demanda de lácteos crecerá por encima de la capacidad de respuesta de la oferta para abastecerla. Este dato representa una gran oportunidad. La demanda provendrá de países en desarrollo, cuya población está aumentando, el poder adquisitivo está creciendo y los hábitos se están occidentalizando. Esto hace que esté surgiendo una clase media acomodada en el sureste asiático, en América Latina y en Europa Central y oriental. En los países desarrollados, el aumento del consumo vendrá de la mano de aquellos productos con alto valor añadido como son los complementos para deportistas, los medicinales y los nutrientes para lactantes porque el consumo per cápita anual de leche líquida es ya muy alto. Es decir, aumentará la demanda de productos lácteos con un fuerte componente de innovación.

En el mercado lácteo mundial, el rasgo característico es la concentración en la exportación. Los exportadores de los productos lácteos son pocos y de gran tamaño. Los países con los mayores excedentes de leche son Nueva Zelanda, EEUU, Australia y la UE. Todos ellos tienen grandes pastos. No podemos decir lo mismo de los importadores en los que existe más diversidad. Es el caso de África y Oriente Medio que están aumentando mucho el consumo de los productos lácteos y todos ellos son países en los que las condiciones climatológicas son adversas a la producción de leche y sus derivados. Son países áridos donde escasean los pastos y el agua lo que dificulta el desarrollo de la agricultura y la ganadería. Las mayores demandas internacionales de leche provienen de China, Rusia, India, África y Oriente Medio.

Es cierto que se ha producido una desaceleración económica en China acompañada de sucesivas devaluaciones del yuan que está representando un descenso en las importaciones de lácteos pero, en términos globales, Asia es la región más importante, con el 41 % del consumo mundial de leche. El veto ruso sobre los productos europeos continúa, y eso nos está afectando. Desde Rusia se ven obligados a importar la leche desde Bielorrusia y Ucrania, grandes productores. Los ciclos económicos cambian y las decisiones políticas también. No hay que perder de vista que algunos países productores de leche, van a necesitar más cantidades para abastecer a sus mercados (India, Brasil, Indonesia y Argelia) y que existen países que no son productores y están aumentando el consumo de productos lácteos como es el caso de Colombia, Arabia Saudí, Malasia, Vietnam, Tailandia, Filipinas, Singapur, Japón y Emiratos Árabes en Asia. Y Egipto y Ghana dentro del continente africano. Todos estos países representan grandes oportunidades para la venta de nuestros excedentes.

Los precios de la leche guardan una gran dependencia con los precios de los piensos que alimentan al ganado y del gasoil, ambos son muy volátiles. La mayor presión competitiva presiona los precios a la baja pero hay otros factores como la volatilidad de los precios de la leche a nivel internacional y el coste de la alimentación animal. Hay una conexión entre los insumos energéticos y alimentarios hasta el punto de que sufren la misma evolución los precios de la leche y del petróleo. Promover la firma de contratos entre los ganaderos y la industria estableciendo unos precios fijos mientras dure el contrato, puede ser peligroso para el propio ganadero porque en ese intervalo de tiempo pueden fluctuar mucho los precios de los piensos que alimentan al ganado. En La Ley Agraria americana (Farm Bill 2008) existe una medida que contrarresta este riesgo. Es la medida MILC (Milk Income Loss Contract) que establece que, cuando los precios de los piensos del ganado sean superiores a los precios de la leche, se otorgarán ayudas para nivelar la situación y así el ganadero no tendrá que soportar las pérdidas.

Los precios de la leche guardan una gran dependencia con los precios de los piensos que alimentan al ganado y del gasoil, ambos son muy volátiles.

En la UE no está prevista ninguna medida de este tipo. Esta presión en las fluctuaciones de los precios de los insumos será una variable que deberá soportar el ganadero europeo en el nuevo escenario de liberalización mundial del sector lácteo. Una liberalización que en la UE está siendo gradual y progresiva, a diferencia del resto de países productores de leche que la sufren sin paliativos. Excepto EEUU, claro.

Todos los países miembros de la UE son productores de leche y la producción de leche está aumentando. La leche es el primer producto agrícola de la UE y representa el 15% de la producción agrícola total con 148 millones de toneladas de leche entregada en 2014. Trabajan en el sector 650.000 ganaderos con un total de 18 millones de vacas lecheras y una fuerza de trabajo de 1,2 millones de personas. La crisis de 2009 demostró que la liberalización del mercado lácteo mundial vino acompañada de mayor inestabilidad y volatilidad en los precios. Esto es exactamente lo que está ocurriendo hoy. Sería oportuno extraer alguna lección de las enseñanzas pasadas.

Estos últimos 30 años, coincidiendo con el sistema de cuotas lácteas en Europa, la producción lechera mundial ha aumentado más de un 50%, pasando de 482 millones de toneladas a 754 millones de toneladas. El Comité Económico y Social Europeo (CESE) considera que, en estos últimos diez años, la producción de leche ha aumentado un 22% y se han visto beneficiados nuestros principales competidores, Nueva Zelanda y EEUU, que tienen una gran vocación exportadora. Ellos han aumentado su producción mientras la producción europea estaba contenida. India se ha convertido en el mayor productor mundial de leche representando el 16% de la producción total, aún así es deficitario. Mientras tanto, en Europa, por tener una política proteccionista como es la PAC, se ha frenado la producción de lácteos. El sistema de cuotas tampoco protegió a los ganaderos europeos frente a la caída de los precios que se produjo entre 2007 y 2009.

Las conclusiones que se extraen es que el mercado mundial de lácteos cada vez va a ser más global y más liberalizado. Esto representa que progresivamente se irán suprimiendo todas las ayudas y debemos ir adaptándonos a esta nueva realidad. Es necesario ser competitivo y flexible. Hay que apostar por la innovación y la tecnología para poder responder a las nuevas demandas de clientes más exigentes. Y hay que ser flexibles para poder adaptarnos con rapidez a los cambios que sugieran los nuevos mercados. Es muy importante el diseño de una estrategia de internacionalización inteligente para aprovechar las oportunidades que nos brindan los mercados internacionales deficitarios de leche pero grandes consumidores de productos lácteos. No es tiempo para el desánimo sino para agudizar el ingenio.

Cayetana SANTAOLALLA MONTOYA
Cayetana Santaolalla Montoya es Licenciada en Derecho (UNAV) y Master en Estudios Internacionales (UPV/EHU). Actualmente trabaja como Consultora en Comercio Internacional y es investigadora en Derecho Internacional Privado.


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