«El manejo nutricional del caprino lechero intensivo» AGROPAL

Agronews Castilla y León

28 de marzo de 2015

caprinolechero

Para cubrir las necesidades nutritivas, y obtener una buena producción, aseguran los técnicos, veterinarios y nutrólogos de la cooperativa palentina AGROPAL hay que formular de manera correcta la ración y controlar algunos aspectos del manejo de la alimentación del rebaño.

Un buen manejo nutricional en un rebaño de cabras lecheras de producción intensiva significa conseguir un óptimo funcionamiento del rumen y, de esta forma, cubrir sus necesidades nutritivas (energéticas y proteicas), para obtener una adecuada respuesta productiva y mantener a los animales en un buen estado sanitario. Para ello, además de formular correctamente la ración diaria, debemos controlar algunos aspectos del manejo de la alimentación del rebaño.

Generalmente, los fallos en la alimentación provocan una reducción en el número de comidas al día, mayor selección de alimentos e incremento de los rehuses, menor ingestión de materia seca y en consecuencia, provocan una caída en la producción de leche y un aumento de los problemas metabólicos y sanitarios (acidosis ruminal e inmunodepresión).

Bases del racionamiento del caprino de leche

El criterio esencial que distingue a la cabra de otros rumiantes es su comportamiento alimentario que revela una gran capacidad de selección de los distintos ingredientes de la ración, en especial, respecto a los forrajes, lo que determina que la ración ingerida sea a veces muy diferente a la ofrecida. Este comportamiento selectivo para los forrajes disminuye con el picado (reducción del tamaño) de los mismos y cuando aumenta la proporción de concentrados en la dieta. Deberemos evitar la formación de finos ya que producen rechazos. Consecuentemente hemos optado por la utilización de piensos compuestos, es un producto homogéneo y con pocos finos. De esta forma no hacemos cambios y adicionamos estabilizantes para la panza para evitar posibles acidosis.

En cuanto a los forrajes utilizaremos las cantidades necesarias para asegurar una ración equilibrada. No importa tanto el tipo de forraje que se utilice, hierba, vezas, alfalfa, etc. como la calidad constante del mismo. El ensilado como método de conservación del forraje proporciona un producto apetecible a las cabras y, que en determinadas ocasiones estimula el consumo de materia seca.

Fases productivas y organización del rebaño por lotes

Hacer lotes con los animales es esencial. Separar las cabras en producción de las que se están cubriendo, de las secas y de las que están para parir. En el lote de alta producción seria adecuado al menos separar las primerizas del resto.

El manejo nutricional ha de apoyarse en el adecuado conocimiento de las necesidades nutritivas de los animales, en una correcta estimación del valor nutritivo de los alimentos que se incorporan en las dietas, en una precisa formulación de las raciones que se destinan a cada grupo de animales, y en una gestión de la distribución de las raciones y diseño del área de alimentación que nos permita limitar lo más posible la selectividad de esta especie.

Uno de los principales objetivos que se pretende alcanzar mediante el programa de alimentación, es el de optimizar la condición corporal de las cabras en cada fase del ciclo productivo.

Última fase de gestación o preparto

Los dos últimos meses de gestación son uno de los periodos más críticos del ciclo de producción de la cabra de leche de alta producción. Una subalimentación al final de gestación conducirá a una mayor movilización de las reservas corporales que va a comprometer seriamente la salud del animal y sus posteriores rendimientos; mientra que una sobrealimentación dará lugar a un exceso de reservas lipídicas lo que conllevará una disminución de la materia seca ingerida, y un mayor riesgo de padecer toxemia de gestación.

Se recomienda por tanto, controlar la condición corporal de las cabras en cola de lactación, haciendo ecografías para secar rápidamente los animales y así evitar el sobreengrasamiento. En nuestra cooperativa, desde los servicios técnicos veterinarios, hemos comprobado que se producen mayores engrasamientos con dietas altas en cereales enteros. Se observa, asimismo, animales desiguales al realizarse un importante proceso de selección de grano por las hembras más fuertes, lo que nos vuelve a dar la razón para la utilización de piensos compuestos.

Al llegar el parto los animales dejan de comer. Una vez superado el estrés del parto, la materia seca ingerida comienza a aumentar justo después del parto, hasta alcanzar un máximo hacia las 6-10 semanas postparto.

Además de factores relacionados con el animal y el nivel de producción, la materia seca ingerida también depende de la calidad de los forrajes que se incorporen a la dieta y de la relación de forraje y concentrado.

Inicio de la lactación

Durante la fase de inicio de lactación, la producción de leche aumenta continuamente desde el parto hasta las 4 o 6 semanas postparto, momento en el que se suele alcanzar el pico de producción. En inicio de lactación y alta producción, las cabras lechera muestran una gran sensibilidad a la cantidad y calidad de la proteína aportada en la dieta. Por tanto aportamos proteínas de gran calidad e incluimos aditivos que mantienen estable la flora ruminal. Es el momento en el que debemos vigilar las tan temidas acidosis. Independientemente de la alimentación muchas veces aparecen las acidosis a consecuencia de cambios en la temperatura o en la humedad del ambiente, al retirar el abono o por diversas situaciones estresantes por el propio comportamiento entre ellas.

Mitad de lactación

La tasa butírica y la tasa proteica de la leche de cabra se encuentran tan influenciadas por el consumo de energía como por el tipo de forraje que se incorpore a la ración. En determinadas ocasiones en las que no se dispone de forrajes de buena calidad, una estrategia adecuada puede consistir en sustituir parte de ese forraje por subproductos de buena calidad y forrajes peletizados. Las cabras toleran bien dietas muy bajas en forrajes y altas en proteína durante toda la lactación, sin ningún efecto negativo sobre la producción de leche, composición de la leche o la salud del animal, siempre que el nivel de fibra en la ración sea adecuado.

Conclusiones

Los siguientes asuntos son claves para que un buen racionamiento teórico se convierta en una buena alimentación en la práctica:

1. La cantidad diaria de ración a suministrar dependerá de la producción de los animales y, de igual forma, a mayor cantidad ingerida las producciones son mayores. Nuestro objetivo es conseguir la máxima capacidad de ingestión. En producción intensiva no conseguir unos niveles altos de producción significa disminuir la rentabilidad de la explotación.

2. Siempre se debe presentar toda la comida al mismo tiempo y no en fases.

3. A mayor número de repartos menos problemas. El funcionamiento es ideal cuando siempre disponen de comida.

4. La ración debe ser muy apetecible. Recordad que apetecible no significa que lo tengan que comer todo de una vez. La buena alimentación es la que hace que los animales coman muchas veces pero poca cantidad.

5. La comida debe ser homogénea durante todas las fases. Cambios bruscos de fase a fase implican alteraciones ruminales importantes. Un único pienso vale para las diferentes fases.

Y por supuesto, nunca olvidar:

  • Todos los animales deben tener facilidad de acceso a los comederos en cualquier momento. Lo que significa respetar el espacio de parque y comedero por animal.

  • Limpiar el comedero antes de cualquier reparto.

  • Disponibilidad continúa de agua de bebida, controlando su calidad y temperatura.

AGROPAL



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