Visitar la comarca del Órbigo en León supone sumergirse en cientos de hectáreas de un cultivo trepador que sorprende a los que lo ven por primera vez, es el lúpulo, el 98% de lo que se produce en España sale de esta parte de la provincia leonesa. El año pasado, por ejemplo, 1.120 toneladas que no son capaces para abastecer la demanda del mercado, principalmente de la industria cervecera. Cambiar esta situación, mejorar el cultivo, introducir nuevas variedades, hacerlo más competitivo, mejorar la maquinaria, aumentar la superficie cultivada hasta multiplicarla por tres y también aumentar la rentabilidad que deja a las 250 familias que se dedican a él son los objetivos que se marca el acuerdo de compraventa al que han llegado la multinacional estadounidense Hopsteiner (en octubre compró el 80% de la Sociedad de Fomento del Lúpulo) y Lúpulos de León, que representa a los productores.
En León el lúpulo ocupa una superficie de 535 hectáreas y el objetivo es triplicarla hasta llegar, al menos a las 1.700 que se cultivaban en 1983 y para ello el acuerdo contempla un aumento del precio que se paga a los lupuleros del 30%. Este acuerdo, calculan los firmantes, podría aportar unos 20 millones de euros a los agricultores no solo por el aumento del precio de venta, sino también por la mejora de las producciones gracias al cambio de variedades. En este sentido,se incorporarán cinco fincas de ensayo y 10 variedades entre las que se buscarán las que mejor se adapten a la zona y permitan un mayor incremento de los rendimientos actuales.
El acuerdo llegó ayer por la noche tras seis meses de intensas negociaciones, según José Antonio Magadán, director general de Hopsteiner España, “durante meses se ha negociado buscando lo mejor para el lúpulo de León y al final se ha conseguido. Es un éxito”. Por su parte, el presidente de Lúpulos de León, Isidoro Alonso, asegura que de las 250 familias que viven del lúpulo, el 95% ha ratificado el acuerdo, “están muy satisfechas”. Cree que el cambio va a ser positivo porque “hay que realizar inversiones, ya que la maquinaria está muy obsoleta debido a que durante 20 años los precios han estado por debajo de mercado”, ahora, el nuevo contrato dará la seguridad necesaria para hacer nuevas inversiones que permitan “competir” con los demás países.
Competir a nivel mundial con un marchamo de calidad propio
Actualmente, explica Magadán, el lúpulo a nivel mundial pasa por una situación “compleja” lo que ha dificultado su comercialización porque “ha habido problemas de cosechas”. Con el acuerdo suscrito anoche se comenzará a asumir el “reto del cambio de variedades, la modernización de instalaciones y de explotaciones y la mejora de la calidad. En definitiva, condiciones que permitirán que el lúpulo pueda ser muy competitivo y salir a los mercados internacionales y se pueda posicionar como lúpulo español con marchamo de calidad, a corto o medio plazo”
El contrato da estabilidad, insiste Magadán, “porque serán de 5 años y eso da garantía para que los cultivadores y Hopsteiner, como comerciante, se sientan cómodos a la hora de garantizar los retos de futuro con tranquilidad”.
El mercado español es deficitario en lúpulo, importa alrededor del 45% de lo que se consume, por ello, la capacidad de crecimiento de este cultivo es “muy grande”. Con el acuerdo suscrito entre productores y comercializador se espera atraer a nuevos cultivadores al lúpulo y convertirlo en “motor de desarrollo” de la provincia.
Las plantas de lúpulo crecen hasta los 6 metros de altura en unas estructuras que reparten entre 120 y 200 postes por hectárea, se utiliza, principalmente, en la producción de cerveza, concretamente se usan las flores hembra sin fecundar.
