El cereal de secano en Andalucía acusa las altas temperaturas y la falta de lluvias

Agronews Castilla y León

23 de mayo de 2015

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Las altas temperaturas y la ausencia de precipitaciones de las últimas semanas, aseguran desde la Red Andaluza de Información Fitosanitaria (RAIF) están llevando al cereal de secano a un punto de estrés hídrico que está poniendo en peligro la normal maduración del grano, si no se producen lluvias en los próximos días.

En cultivos con un sistema radicular pivotante o profundo, caso de la remolacha azucarera, girasol, etc, esta falta de humedad en el suelo no se aprecia del mismo modo que en cultivos con raíces más superficiales, caso de los cereales.

En estos cultivos (cereales), la coincidencia de altas temperaturas junto con vientos secos, aceleran la transpiración de las plantas, de forma que las raíces son incapaces de suministrar el agua necesaria capaz de compensar la evapotranspiración, es lo que comúnmente se conoce con el nombre de “Asurado” o “Golpe de calor”.

Los granos del cereal en formación sufren una alteración en el proceso de maduración normal que se refleja en un arrugamiento de grano (grano asurado), originándose fuertes pérdidas de peso de los granos y descenso de su calidad. Es importante recalcar que para que se produzca esta fisiopatía o accidente, es necesaria la presencia de vientos fuertes y desecantes.

Dependiendo del momento en el que se produzca el Golpe de calor, así repercute éste sobre el cultivo:

A.- Si se produce desde la fecundación hasta unos días antes de finalizar la madurez lechosa, entonces puede que no se produzca ningún daño o que éste sea pequeño, ya que el grano en proceso de formación tiene sus tegumentos muy elásticos aún y presenta gran capacidad de recuperación ante nuevos aportes de savia, los efectos no son irreversibles y puede haber recuperación cuando cesan las condiciones desfavorables.

B.- Si se produce desde unos días antes del final de la madurez lechosa hasta el final de la madurez pastosa, se detiene la acumulación de sustancias de reserva en el grano y éste se arruga, con importante pérdida de peso (60% al principio, atenuándose al avanzar el proceso de maduración).

C.- Si se produce finalizada la madurez pastosa, entonces ha pasado el riesgo, pues la acción del golpe de calor apenas tiene efectos, puede provocar una aceleración en la madurez cérea y vítrea, pero con escasa repercusión en el rendimiento.

El período crítico en los cereales de invierno, según zonas de cultivo y variedades cultivadas, son 10 o 15 días; los que van desde el final de la madurez lechosa al final de la madurez pastosa, en el transcurso de la formación y maduración del grano.

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