«El abonado de la alfalfa» AGROPAL

Agronews Castilla y León

19 de febrero de 2015

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La alfalfa pertenece a la familia de las leguminosas, su nombre científico es medicago sativa y es una planta perenne, vivaz y de porte erecto. Su raiz es de tipo pivotante.

Como característica primordial de las misma se puede destacar que, en simbiosis, con bacterias del género Rhizobium, más concretamente con bacterias rhizobium meliloti, son capaces de fijar nitrógeno libre de la atmósfera. La alfalfa es un cultivo cuya capacidad de fijación de N es alta, pudiendo llegar a ser de 200 Kg N/ha-año.

Es una planta poco tolerante al encharcamiento en todo el ciclo del cultivo, pero extremadamente sensible en el momento del nacimiento.

Las necesidades de nutrientes por parte de la alfalfa en regadío son altas, destacando además de los consumos de nitrógeno, fósforo y potasa, un consumo alto de azufre y una exigencia de boro, que de no estar disponible o ser aportado por el abonado actuará de factor limitante en la producción y calidad de la alfalfa.

NITROGENO

Aunque ya hemos dicho que la alfalfa es una gran fijadora de nitrógeno libre de la atmósfera -y teóricamente por esta razón no tendríamos que realizar abonado nitrogenado-, el año de implantación al principio del ciclo de cultivo, la actividad de las bacterias es reducida. Por esto se recomienda aportar unas 30 unidades fertilizantes de N por hectárea.

Asimismo, el suelo a la salida del invierno tiene aún temperaturas muy bajas y la actividad de las bacterias (para una buena fijación de N) es reducida, por lo que la recomendación de un pequeño abonado nitrogenado la mantenemos para todos los años de duración del cultivo.

FOSFORO

El fósforo es necesario para un buen establecimiento del alfalfar, ya que ayuda a un buen desarrollo radicular, además nos proporciona un rápido rebrote después de un corte y una mayor longevidad del cultivo.

Las necesidades teóricas por tonelada de producción serían unos 8Kg P2O5/Tm, tanto para el año de implantación como para los siguientes.

POTASA

Es un nutriente demandado en grandes cantidades por la alfalfa. Proporciona a la planta resistencia al frío y a la sequía, interviene en la formación de reservas para mejorar el rebrote.

Las necesidades teóricas son 25 Kg K2O/Tm de producción.

AZUFRE

Interviene directamente en la síntesis de la clorofila, de lo cual su importancia.

Juega un papel fundamental en la nodulación, aumentando el número de nódulos y su peso, consiguiendo así una mayor fijación de nitrogeno.

Las necesidades teóricas serían cuatro unidades por cada tonelada de producción.

BORO

El boro interviene en la actividad meristemática y división celular, así una carencia de este elemento produce daños en los meristemos apicales y muerte de los brotes laterales, con la consiguiente merma de producción.

La carencia también provoca un retraso en la madurez del alfalfar y una mayor perdida de hojas; peor calidad.

Su presencia en cantidades suficientes y aprovechables por la planta son esenciales para conseguir una buena nodulación.

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