El porcino es el segundo ámbito económico de Cataluña que más contribuye al Producto Interior Bruto (PIB) y aporta un 14% al sector agroalimentario. Además, exporta un 60% de su [[{«fid»:»26719″,»view_mode»:»media_original»,»type»:»media»,»attributes»:{«height»:687,»width»:1030,»style»:»width: 200px; height: 133px; border-width: 5px; border-style: solid; margin: 5px; float: right;»,»alt»:»Jaume Bernis, Jefe Sectorial del Porcino JARC-COAG»,»title»:»Jaume Bernis, Jefe Sectorial del Porcino JARC-COAG»,»class»:»media-element file-media-original»}}]]producción. Con estos datos, nos encontramos ante un sector crucial de la economía catalana.Por ello, necesitamos que el Departamento de Agricultura apoye las pymes catalanas del porcino que están pasando un momento delicado para las cotizaciones bajas de la carne de cerdo en la lonja y abre una línea de financiación a interés cero para los productores .
Esta línea, destinada a mantener las pymes catalanas del sector porcino, debería garantizarnos el apoyo económico y la liquidez para que podamos soportar la temporada de recuperación de los precios . A pesar de ser un sector estratégico y decisivo para la economía del país, estamos sufriendo dificultades desde hace muchos meses. De hecho,llevamos vendiendo la carne de cerdo por debajo del precio de coste de producción desde octubre de 2015, lo que le supone perder entre 4.500 y 5.000 euros semanales a una explotación media de 500 madres.
Por todo ello, se está produciendo un cambio del modelo tradicional del porcino catalán, en el que el empresario ganadero está pasando a ser un granjero integrado . Los que no lo hacen así se ven obligados a abandonar la actividad porque no pueden soportar la pérdida semanal constante.
Paradójicamente, la carne de cerdo continúa aumentando su cotización en los mercados de futuros . En el de Chicago, el precio se ha incrementado un 17% en el último año, situándose como el segundo activo más rentable, sólo superado por el oro y por delante de la plata. Este hecho nos indigna, ya que en los últimos años, los ganaderos hemos dedicado muchos esfuerzos y recursos económicos para mejorar la eficiencia de las explotaciones y adaptándonos a las normativas comunitarias de bienestar animal, bioseguridad y trazabilidad . Todo ello, sin obtener frutos en positivo de estas inversiones, mientras otros están apostando.
Mientras tanto, vemos sorprendidos como los bajos precios de la carne de cerdo en origen no se están trasladando al precio de venta al público (PVP). El diferencial entre la granja y la mesa es el más alto de los últimos dos años: 450% . De enero de 2014 a diciembre de 2015, los precios al ganadero han caído un 25%, mientras que el consumidor apenas se le han reducido un ligero 1%.
Además, el boicot ruso a los productos agroalimentarios de la Unión Europea está saturando de carne de cerdo el mercado europeo . Ante esta situación, pedimos al Ministerio de Agricultura que refuerce las negociaciones bilaterales con Rusia para procurar una apertura de su mercado y levantar el embargo político a las importaciones agroalimentarias de la UE. La apertura de fronteras daría un poco de oxígeno para las exportaciones comunitarias y estatales y una mayor fluidez en el mercado.
Además, el incremento de la cabaña, sobre todo por parte de las grandes integradoras, ha aumentado un 8% el censo a nivel nacional y ha provocado una sobreproducción en el mercado que perjudica a todo el sector, pero especialmente las medianas y pequeñas empresas del porcino. Estas no pueden soportar la misma presión que resiste la gran integración.
Las ilusiones de muchos ganaderos que aún trabajan por su cuenta están viendo truncadas por el cambio de modelo que los lleva hacia la integración de sus explotaciones. Necesitamos recuperar esa parte del sector porcino catalán para que se pueda mantener el modelo de ganadería de la pequeña y mediana empresa que crea muchos puestos de trabajo en el ámbito familiar y fija la población en el territorio.
Queremos seguir siendo empresarios ganaderos!
