El ensilado consiste en conservar los forrajes por medio de fermentaciones que los mantienen en un estado óptimo por los animales. La técnica de conservación se fundamenta en un descenso del pH que impide el desarrollo de bacterias y hongos perjudiciales.
Para mayor rentabilidad en las explotaciones ganaderas debemos optimizar los costes de alimentación. Para ello es fundamental disponer todo el año de una base de forrajes de buena calidad, así que interesa asegurar una óptima conservación del forraje para suministrarlo al ganado diariamente.
De los métodos utilizados para su conservación, el ensilado es uno de los más empleados. Segando en el momento adecuado se consigue la máxima producción y calidad y se producen menos pérdidas por caídas de hojas, lluvias, respiración, etc. Además, dejamos libre el terreno para un posterior cultivo o aprovechamiento. También permite disponer de forrajes durante un período largo de tiempo y, por tanto, de una ración más homogénea.
Para conseguir un ensilado de calidad es fundamental disponer de un buen forraje. También es crucial el proceso de ensilado, al que muchas veces no se le presta importancia.
Corte óptimo
[[{«fid»:»10957″,»view_mode»:»media_original»,»type»:»media»,»attributes»:{«height»:374,»width»:500,»style»:»width: 370px; height: 277px; margin: 6px 5px; float: right;»,»class»:»media-element file-media-original»}}]]El momento de corte de un forraje es muy importante. Hay que tener en cuenta la especie y variedad. El corte influye en la conservación y en la calidad del producto final. En la fecha de siega hay que considerar el contenido en materia seca (MS) (30-35% para «raygras», cereales y leguminosas).
El corte debe hacerse antes del espigado, con una alta concentración de azúcares para ayudar en su fermentación, alto contenido en proteína y máxima digestibilidad. Por debajo del 30% de MS aumentan progresivamente las pérdidas por efluentes y energía. Por encima del 35% de MS la compactación resulta más difícil aumentando la porosidad e infiltración de aire.
Según avanza el estado de espigado aumenta la cantidad de forraje, sin embargo la calidad disminuye. Influye, incluso, en la cantidad de forraje ingerido por los animales, así que disminuye el aporte de nutrientes necesarios para lograr producciones óptimas.
Picado y encintado
Los forrajes para ensilar deben ser picados con el fin de facilitar una buena compactación del producto dentro del plástico de encintar. Es posible, también, ensilar sin picar, cuidadndo el encintado para evitar la entrada de aire y conseguir una buena fermentación.
En el ensilado con rotopacas hay que ser muy cuidadosos con la compactación en el momento de realizar la bola, ya que el encintado solo extraerá el aire que rodea la bola. Hay que ejercer suficiente presión para evacuar las bolsas de aire que puedan quedar en el interior. El tipo de plástico empleado es fundamental; los productos elaborados con materiales vírgenes y de primera calidad ofrecen elevada resistencia para una mejor conservación del forraje, aportando un mejor comportamiento elástico y resistente (Tenospin).
La conservación en «film estirable» es probablemente la mejor forma para lograr silos de calidad. Algunos aspectos a tener en cuenta:
- Estirado aconsejable del 70%, en bobinas de 75 cm la longitud final del plástico tiene que estar comprendida entre 58, 60 y 62 centímetros.
- Solape del 50% entre capas.
- Aplicación de 4-6 capas de plástico.
- Mantener siempre las bobinas de forma vertical.
La calidad Tenospin
Agropal dispone de una amplia gama de productos Tenospin para el ensilado de distintos tipos de forrajes en los agrocentros situados en Palencia y Benavente. También puedes hacer las consultas que consideres convenientes a los técnicos de ganadería. Ellos te ayudaran a obtener el mejor forraje ensilado para alimentar a tus animales. También te explicarán cuáles son las ventajas de los productos empleados.
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