«Buen año para comprar semilla certificada» APROSE

Agronews Castilla y León

27 de julio de 2016

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La campaña de recolección prácticamente ha finalizado y se confirma que en la mayoría de las regiones españolas la cosecha se puede calificar de buena o muy buena.

Es un buen año para renovar la semilla. Por eso, APROSE, Asociación Profesional de Empresas Productoras de Semillas Selectas, recuerda a los agricultores las múltiples ventajas de utilizar semilla certificada:

  1. La semilla certificada requiere una menor dosis de siembra.
  2. La semilla certificada asegura una buena implantación del cultivo.
  3. La semilla certificada es garantía de calidad y pureza
  4. La semilla certificada se adapta a las condiciones ambientales y tolera mejor las enfermedades.
  5. La semilla certificada es sinónimo de ahorro ya que requiere menor tiempo de preparación de la semilla.
  6. La semilla certificada permite racionalizar el uso de inputs y aumenta la productividad de las explotaciones y por tanto, la rentabilidad de los agricultores.
  7. La semilla certificada es un factor básico para la mejora en los cultivos, la renovación varietal y la especialización productiva que demandan la industria agroalimentaria y el consumidor.
  8. La semilla certificada es el único vehículo de transmisión de los resultados de la investigación al campo.
  9. Sólo con semilla certificada es posible crear variedades sostenibles con el medio ambiente.
  10. La semilla certificada garantiza una correcta trazabilidad al inicio de la cadena alimentaria.
  11. La semilla certificada asegura el cumplimiento con la legalidad vigente y las especificaciones técnicas de los reglamentos que la regulan.

Como puede observarse, son múltiples las ventajas que nos aporta usar semilla certificada. Prescindir de ésta, tendría consecuencias devastadoras para el campo como la reaparición de enfermedades transmisibles por semilla, pérdida de calidad por contaminación específica, etc.

Pero sobre todo, si no se apuesta por la semilla certificada, la investigación se detendría y no podría existir una oferta de semillas competitiva y orientada a fomentar producciones de mayor valor añadido en las que España podía ser puntera.



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