¿Qué tiene el pueblo?

asaja clm

De un tiempo a esta parte, y a pesar de haber estudiado en una escuela rural, -de esas con tres o cuatro alumnos por curso, todos en una misma aula-, una se ha ido convirtiendo en una auténtica urbanita. No de esos que piensan que el pueblo está ahí sólo cuando ellos van en verano o en vacaciones, pero casi. Por eso, cuando con el paso del tiempo, empiezas a pensar en el pueblo cada vez con más nostalgia y menos pereza, vas descubriendo que en el medio rural nunca han dejado de “cocerse” cosas, y quizá nunca tantas como en el momento actual.

De paseo por un diminuto pueblo perdido en la llanura, de repente te encuentras una especie de pub decorado con gusto y un toque moderno en el que se anuncian “gin tonic bien preparados” a 4 euros. Los dueños le han dado un “lavado de cara” al bar de toda la vida, y el resultado, lejos de desentonar, te hace pensar en “lo bien que se lo montan algunos”. Como una joven madre de otro pueblo otrora eminentemente ganadero, que ha montado su propio negocio de venta on line de prendas y tejidos de patchwork, con escaparate y todo, aunque dé a una callejuela apenas asfaltada. Cuando no está de feria en feria, trabaja sin parar con la ayuda de alguna vecina mientras los niños corretean entre trozos de telas y ovillos de mil colores. A eso se le llama conciliar.

Y es que la gente joven que se queda en el pueblo, o que incluso se va al pueblo, -que haberla, “hayla”, como las meigas-, no sólo tienen ideas, sino que también saben cómo quieren llevarlas a cabo. Hace tan sólo unos días se inauguraba una nueva ruta de senderismo entre dos pequeños pueblos de la Sierra de Francia salmantina. El Camino de los Prodigios, se llama. La puesta en valor de un sendero que antaño servía para unir diminutas fincas de viñedos y olivos ya ha conseguido llamar la atención de miles de turistas. Y todo gracias a la original fusión de naturaleza y arte que se ha logrado al integrar un puñado de obras de varios artistas salmantinos con el propio paisaje. Vamos, una pasada.

¿A quién se le ocurren estas cosas? ¿Qué tiene el pueblo que tanto gusta a los que viven en él? ¿Y qué es lo que nos atrae a los que vamos de visita hasta el punto de  suspirar por esa “calidad de vida rural” que dejamos atrás cada vez que arrancamos el coche de vuelta a casa? Pues de todo eso quiero escribir a través de esta ventanita que me dan la oportunidad de abrir en la nueva web de información del campo “Agronewscastillayleon.com”. Como la alguacila que antaño recorría las calles de mi pueblo a voz en grito, informando a diestro y siniestro del último mandato del alcalde. Pues así, pero bajito, entre tú y yo.

Blog de La Alguacila

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