Agroindustrias, productores y otros eslabones de eso que se ha dado en llamar la cadena alimentaria se reunían recientemente en Valladolid, en un foro que contaba con la colaboración de Agronews, para analizar la situación del sector. No diremos que se descubrió la pólvora, ni que se revolucionó el futuro de los implicados pero reconozcamos, al menos, que es un paso más en algo que muchos llevamos predicando desde hace tiempo: la importancia estratégica, especialmente en Castilla y León, de una industria transformadora para la que es clave la calidad al manejar productos tan sensibles para la población.
Industriales y agricultores y ganaderos (o, al menos, los representantes de éstos), destacaron la necesidad, vital, diríamos, de lograr la sostenibilidad de todo el proceso, desde el más débil, por todos reconocido como tal, que es el productor, hasta la llegada a la concina. No dijeron, insisto, nada que no se dé por sentado desde hace mucho, pero es importante que se vuelva a poner sobre la mesa y que ya no se trata de una reivindicación más o menos aislada de una u otra organización agraria o de un periodista que escriba de estas cosas.
Allí estaban, junto con Agronews, las industrias, los sindicatos (o así), entidades financieras (en este caso Cajamar), cooperativas (Acor) . Allí se habló, digo, de colaboración, de la importancia de los contratos y, al menos por las referencias de Prensa, que fueron bastantes, no se planteó nada parecido al control público o la contingentación , algo a lo que son tan dados nuestros profesionales.
Colaboración, diálogo, sostenibilidad… Perfecto pero ahora toca ponerlo en práctica o, mejor dicho, profundizar en ello pues es evidente que muchas industrias y muchos profesionales ya van, por utilizar un término agrario, por esa linde.
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