Bastante discreto

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Pues van pasando los días (sic transit gloria mundi) y, en medio de tantas ocurrencias, improvisaciones, desconfianza en la libertad y discriminaciones que nunca son positivas, nuestro ministro, el de nuestro sector, quiero decir, se nos va revelando como el más discreto de cuantos componen el populoso (ya veremos si también populista) Gobierno de Pedro Sánchez.

Es verdad que nuestro mundo es, por tantos motivos, el que menos se presta a salidas de pata de banco y retornos a tiempos pasados, pero ello no nos excluye de la posibilidad de ser objeto de ataques y medidas absurdas. Pero lo cierto es que no ha sido así y las reticencias iniciales, de las que ahora hablaremos, se han disipado y ya estamos prestos a confiar en las aptitudes (esperemos que actitudes también) de un ministro de esos que este humilde columnista llama politécnicos.

Las reticencias iniciales, decían, venía, fundamentalmente, de esa investigación que sobre él pesaba en relación a aprovechamientos hidrológicos en el entorno de Doñana (¡qué manía la  de los socialistas siempre con su favorito lugar!) Pues bien, a fecha de hoy ya no está investigado y habremos de concluir que con toda justicia y no por su repentina condición de ministro.

Ahora, toca trabajar, tanto en las cuestiones que Luis Planas domina con soltura, la pesca y lo que podríamos llamar asuntos andaluces, como aquellas que repercuten en el conjunto del sector y muy especialmente lo comunitario que no es, no nos engañamos, sino la PAC y sus gestiones.

De momento, la titular del ramo en Castilla y León, Milagros Marcos, que se reunió con el ministro el pasado miércoles, ya le ha trasladado la necesidad de ir todos juntos (es una forma de hablar) a las instituciones europeas “para que no se pierda un solo euro” y le ha pedido que no se ceje en el empeño de la tan necesaria modernización de regadíos.

El Ministerio, claro, respondió con un sí a la prolongación de las actuaciones, que en este caso serán 18 en cinco provincias. Bien, que nos rieguen de millones, que nunca por mucho trigo es mal año, pero sigamos trabajando con cabeza, con sensatez y poniendo el ojo allá donde sea necesaria la bala.

De momento, para todos, voto de confianza.

Blog de Ángel Cuaresma

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